Madrid / Cinco Dias / Mayo 2017 .
* El volumen de fusiones y adquisiciones asciende en el mundo este año a 1,16 billones.
* La composición accionarial de la compañía es clave .
Invertir en una compañía que vaya a ser objeto de una generosa oferta de compra es el éxito al que aspira cualquier gestor. La apuesta por empresas susceptibles de recibir una opa bien puede ser un criterio de inversión, en un momento en que abunda la liquidez y el coste de financiación todavía es barato, aunque dar en la diana no sea sencillo. Aun así, la actividad global en fusiones y adquisiciones es intensa y ya solo el hecho de que una empresa esté en el foco de los rumores o reciba en firme una oferta de compra, aunque sea fallida, la coloca en el disparadero de los movimientos corporativos y asegura una ganancia bursátil, aunque solo sea puntual.
El volumen de fusiones y adquisiciones en lo que va de año supera los 1,16 billones de euros a nivel global, una cifra que incluye la deuda que se asume de las compañías, según datos recopilados por Dealogic. La cuantía ya supera los 1,01 billones de euros acumulados a estas alturas del año pasado y se acerca a los niveles previos a la crisis. Con la excepción de 2015, hay que remontarse a 2007 para encontrar una intensidad mayor: en ese año el volumen acumulado hasta mediados de mayo se elevaba a 1,45 billones de euros.
La recuperación económica es clave en esa remontada de operaciones corporativas, que ha ido in crescendo a medida que crecía la liquidez del mercado –estimulada por los bancos centrales– y que se está acelerando ante la perspectiva de que los tipos de interés será más elevados a futuro.
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02 junio 2017
Hallan una nueva conexión entre el Alzheimer y el sistema inmunológico
El Hallazgo lo han realizado investigadores del Brigham and Women's Hospital (BWH), en Estados Unidos.
CF | 01/06/2017 .
Del mismo modo que recortar las ramas de una planta demasiado grande puede fomentar el crecimiento saludable, una pequeña poda de las conexiones en el cerebro humano puede ser una buena cosa durante el desarrollo del cerebro. Pero, ¿qué sucede cuando este proceso natural falla más tarde en la vida?
Investigadores del Brigham and Women's Hospital (BWH), en Estados Unidos, han encontrado nuevas pistas de modelos preclínicos para indicar que este "refinamiento sináptico" puede jugar un papel en la enfermedad neurodegenerativa. Sus hallazgos, publicados en Science Translational Medicine, ofrecen nuevos conocimientos sobre la interacción entre el sistema inmunológico y el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
El nuevo estudio analiza el papel del complemento C3, una molécula involucrada en la respuesta inmune que está elevada en la enfermedad de Alzheimer. Estudios anteriores han demostrado que C3 ayuda a recortar las conexiones entre las células cerebrales -conocidas como sinapsis- durante el desarrollo normal del cerebro. La pérdida de la sinapsis ocurre temprano en la enfermedad de Alzheimer y se asocia con el declive cognoscitivo.
Los investigadores no sabían si el bloqueo de la "cascada del complemento" -de la cual C3 es una parte central- podría proteger contra el deterioro y la neurodegeneración en etapas posteriores de la enfermedad. En este estudio, el equipo examinó los efectos de la deficiencia de C3 en un modelo de ratón para la enfermedad de Alzheimer y encontró que los ratones con la deficiencia de C3 modificada fueron protegidos contra la pérdida de sinapsis relacionada con la edad y las células cerebrales y presentaban menos marcadores de inflamación en el cerebro.
Una posible vía terapéutica
Curiosamente, también detectaron que, en los ratones envejecidos, las placas amiloides reveladoras de la enfermedad de Alzheimer permanecen -y son aún más abundantes- pero mejoraron la función cognitiva: los ratones se desenvolvieron mejor en una tarea de aprendizaje y memoria, a pesar de la acumulación de placa en el cerebro.
"La deposición de placa amiloide ocurre años antes de la pérdida de memoria en la enfermedad de Alzheimer, pero dirigirse a cómo el sistema inmunológico responde a estas placas podría ser un excelente enfoque terapéutico", propone la autora Cynthia Lemere, del Ann Romney Center for Neurologic Diseases en BWH. "Pensamos que, en las etapas posteriores de la enfermedad, no son necesariamente las placas sino la respuesta del sistema inmune a ellas lo que conduce a la neurodegeneración", añade.
C3 también se ha implicado en otras patologías del sistema nervioso central, incluyendo el accidente cerebrovascular y la degeneración macular. Aunque el estudio actual está limitado por las diferencias en el sistema inmunológico y la vida de los ratones y los seres humanos, los hallazgos del equipo -y pistas de estudios previos- sugieren que modular la señalización del complemento puede representar una potencial estrategia terapéutica para combatir la enfermedad de Alzheimer.
CF | 01/06/2017 .
Del mismo modo que recortar las ramas de una planta demasiado grande puede fomentar el crecimiento saludable, una pequeña poda de las conexiones en el cerebro humano puede ser una buena cosa durante el desarrollo del cerebro. Pero, ¿qué sucede cuando este proceso natural falla más tarde en la vida?
Investigadores del Brigham and Women's Hospital (BWH), en Estados Unidos, han encontrado nuevas pistas de modelos preclínicos para indicar que este "refinamiento sináptico" puede jugar un papel en la enfermedad neurodegenerativa. Sus hallazgos, publicados en Science Translational Medicine, ofrecen nuevos conocimientos sobre la interacción entre el sistema inmunológico y el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
El nuevo estudio analiza el papel del complemento C3, una molécula involucrada en la respuesta inmune que está elevada en la enfermedad de Alzheimer. Estudios anteriores han demostrado que C3 ayuda a recortar las conexiones entre las células cerebrales -conocidas como sinapsis- durante el desarrollo normal del cerebro. La pérdida de la sinapsis ocurre temprano en la enfermedad de Alzheimer y se asocia con el declive cognoscitivo.
Los investigadores no sabían si el bloqueo de la "cascada del complemento" -de la cual C3 es una parte central- podría proteger contra el deterioro y la neurodegeneración en etapas posteriores de la enfermedad. En este estudio, el equipo examinó los efectos de la deficiencia de C3 en un modelo de ratón para la enfermedad de Alzheimer y encontró que los ratones con la deficiencia de C3 modificada fueron protegidos contra la pérdida de sinapsis relacionada con la edad y las células cerebrales y presentaban menos marcadores de inflamación en el cerebro.
Una posible vía terapéutica
Curiosamente, también detectaron que, en los ratones envejecidos, las placas amiloides reveladoras de la enfermedad de Alzheimer permanecen -y son aún más abundantes- pero mejoraron la función cognitiva: los ratones se desenvolvieron mejor en una tarea de aprendizaje y memoria, a pesar de la acumulación de placa en el cerebro.
"La deposición de placa amiloide ocurre años antes de la pérdida de memoria en la enfermedad de Alzheimer, pero dirigirse a cómo el sistema inmunológico responde a estas placas podría ser un excelente enfoque terapéutico", propone la autora Cynthia Lemere, del Ann Romney Center for Neurologic Diseases en BWH. "Pensamos que, en las etapas posteriores de la enfermedad, no son necesariamente las placas sino la respuesta del sistema inmune a ellas lo que conduce a la neurodegeneración", añade.
C3 también se ha implicado en otras patologías del sistema nervioso central, incluyendo el accidente cerebrovascular y la degeneración macular. Aunque el estudio actual está limitado por las diferencias en el sistema inmunológico y la vida de los ratones y los seres humanos, los hallazgos del equipo -y pistas de estudios previos- sugieren que modular la señalización del complemento puede representar una potencial estrategia terapéutica para combatir la enfermedad de Alzheimer.
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