09 junio 2017

Los expertos reunidos en el mayor congreso de oncología del mundo creen que las combinaciones de fármacos pueden detener el progreso de la enfermedad .

La Quimioterapia, las Terapias Dirigidas y la Inmunoterapia son los tres grandes saltos en la lucha contra el Cáncer .

Pacientes recibiendo quimioterapia en Lille (Francia)Cómo hacer que el Cáncer no sea mortal .

DANIEL MEDIAVILLA // Chicago 9 JUN 2017.
En los años 60, buena parte de la comunidad médica consideraba una aberración tratar a los enfermos de cáncer con quimioterapia. Las combinaciones de productos químicos extremadamente tóxicos basaban su efectividad en una de las diferencias entre las células cancerosas y las sanas. Las primeras se duplican con mayor rapidez y eso las hace más vulnerables a algunos venenos como el cisplatino o el gas mostaza. Cuando aún no se conocía su efectividad, los tremendos efectos secundarios de aquellos tratamientos parecían para muchos solo una forma de hacer más miserables los últimos días de unos enfermos sin esperanza.

Medio siglo después, aquellos cócteles de medicamentos se consideran el primer cambio de paradigma en la búsqueda de una cura para el cáncer. El éxito fue limitado, pero algunos tumores que antes eran una condena a muerte dejaron de serlo. Hoy, muchos de los pacientes de leucemia o linfoma de aquellos años, los primeros tipos de tumor en los que funcionaron las quimioterapias, siguen vivos.

La semana pasada, en la reunión anual de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) en Chicago, se presentaron los resultados de un estudio con 23.600 supervivientes de cáncer infantil que muestran la cara más optimista de la guerra contra el cáncer. En los años 70, con los primeros tratamientos disponibles sobrevivía el 58% de los niños diagnosticados. En la actualidad, cinco años después del diagnóstico el 84% de los pacientes siguen vivos y los efectos secundarios con los nuevos tratamientos son mucho menores.

En la reunión de la ASCO de este año, que ha tenido lugar entre el 2 y el 6 de junio, han participado alrededor de 38.000 personas que trabajan en los distintos frentes de la lucha contra el cáncer. Muchos de ellos coinciden en que en esta edición no se ha presentado ningún avance que vaya a cambiar la forma de afrontar la enfermedad, pero también se respiraba cierto optimismo sobre las posibilidades de convertir muchos tipos de cáncer en enfermedades crónicas. La idea consiste en lograr combinaciones de fármacos que detengan el progreso de la enfermedad, de un modo parecido a lo que se hace con el VIH. Para conseguirlo, se deberán combinar los beneficios de la quimioterapia con los que aportan otros dos tipos de fármacos que supusieron el segundo y el tercer gran salto en los medicamentos contra el cáncer: las terapias dirigidas y las inmunoterapias.


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