08 diciembre 2015

Estudian el fondo marino de la Antártida para saber si es útil para la farmacología .

EFEverde.- Investigadores de las universidades de Barcelona (UB), Alcalá de Henares (UAH), Autónoma de Madrid (UAM), de Harvard y del Instituto Español de Oceanografía (IEO) estudiarán este invierno en una nueva campaña en la Antártida la posible utilidad farmacológica de productos del fondo marino antártico .





El proyecto, denominado “Distantcom”, está liderado por Conxita Ávila, investigadora del Departamento de Biología Animal y del Instituto de Investigación de la Biodiversidad de la UB (IRBio) y tiene por objetivo estudiar los ecosistemas y los invertebrados del fondo antártico e identificar las moléculas que intervienen en sus relaciones y evaluar su posible uso farmacológico.




El equipo de investigación se trasladará a la base antártica Gabriel de Castilla, instalada en la isla Decepción, en el archipiélago de las Shetland del Sur, y durante tres meses estudiará la ecología química, la filogenia, la filogeografía y la ecología trófica de los invertebrados en el continente antártico.

Buena parte de la campaña se desarrollará también a bordo del buque oceanográfico Hespérides, en el que recogerán muestras de diferentes zonas de la península antártica y las islas adyacentes utilizando equipos de buceo con trajes secos preparados para aguantar temperaturas bajo cero.

Cómo viven los animales del fondo antártico
El proyecto Distantcom estudia los ecosistemas de invertebrados y las potenciales aplicaciones farmacológicas de los productos del fondo marino antártico.

El proyecto Distantcom estudia los ecosistemas de invertebrados y las potenciales aplicaciones farmacológicas de los productos del fondo marino antártico.

Según ha explicado Ávila, “en este proyecto intentaremos conocer mejor cómo viven los animales del fondo antártico: qué relaciones tróficas tienen, es decir, quién se come a qué, qué relaciones simbióticas presentan o qué contaminantes acumulan”.
“Pretendemos -ha añadido la investigadora- conocer también sus relaciones de parentesco, a fin de construir el árbol genealógico de algunas especies, y qué factores han condicionado su distribución actual”.

Según Ávila, conocer esta información sobre las características ecológicas de las especies es importante, ya que entre otras cosas permite detectar cambios en el ambiente de manera indirecta, una información que podría ser relevante también en relación con el cambio climático.

Durante el proyecto también investigarán la ecología química de estos invertebrados y las potenciales aplicaciones farmacológicas de sus moléculas.

“Intentaremos averiguar qué defensas químicas utilizan para repeler los depredadores, para hacerse sitio o para mantenerse limpios y evitar que se les adhieran organismos en la superficie”, ha puntualizado Ávila.

¿Útiles como medicamentos?

Según la bióloga, “estos productos químicos también pueden tener una actividad biológica potencialmente útil en forma de medicamentos. Por poner un ejemplo, el compuesto que impide que se extiendan las células de tu enemigo podría servir para evitar que se desarrollen células cancerígenas”.

“Hay un gran desconocimiento de la ecología de estos animales invertebrados, fundamentalmente por las dificultades climatológicas y logísticas que conlleva el estudio en el océano Antártico. Por eso se aprovecha el verano austral, cuando la climatología es más favorable”, ha detallado Ávila, que este año vivirá su octava campaña antártica.

Distantcom es la continuación de los proyectos Ecoquim y Actiquim, desarrollados por el mismo equipo de investigación y liderados también por Conxita Ávila.

Este grupo de expertos de la UB y el IRBio ha hecho ya diferentes descubrimientos significativos de invertebrados marinos en la Antártida, como el primer gusano come huesos del género Osedax, o el anélido “Parougia diapason”, una nueva especie descubierta en la isla Decepción en el archipiélago de las Shetland del Sur, en el océano Antártico.

EFEverde