15 marzo 2014

Sharon Jones retoma el trono de la música negra tras recuperarse del cáncer de páncreas que padecía . Energía ‘soul’ contra el cáncer .

Más que nunca, luchar se ha convertido en un modo de existencia para Sharon Jones. Esta cantante de 58 años, que empezó a vivir de la música apenas superado el medio siglo de vida, tras trabajar como funcionaria en una cárcel, se ha tenido que enfrentar a un enorme reto inesperado: el cáncer. “Sentí que me moría cuando me lo dijeron”, asegura por teléfono desde su casa en Sharon Springs, en el Estado de Nueva York. “Tuve que hacerme a la idea de a todo lo que me enfrentaba: la operación, la quimioterapia, el reposo en casa...”, explica.

El calvario empezó antes. Tal y como cuenta la propia Jones con todo detalle, arrastraba unos fuertes dolores en la espalda, que se acentuaban cuando, en su vibrante y peculiar contoneo al más puro estilo James Brown, se movía sin parar sobre un escenario. Al principio, acudió a masajistas, pero no se quitaban. Luego, las señales que le mandaba su cuerpo fueron muy preocupantes. Adelgazó y sus ojos amarillearon. El médico le confirmó lo peor: tenía cáncer de páncreas en estado 2. “Fue horrible. Era muy agresivo. En tres semanas, era otra persona”. En sus planes estaba la grabación de un disco, pero tuvo que cancelarlo. Su vida se centró en luchar contra la enfermedad. De nuevo, no se anda con remilgos al contarlo con su característica voz grave, masticando cada palabra: “He sentido como mis manos temblaban por la quimioterapia, como mis piernas no me sostenían, solo pensaba en la enfermedad”.

...