02 abril 2018

Messi, un Autista Exitoso .

Los casos de éxito de personajes con autismo son muchos. Messi es uno de ellos, pero hay otros, como el de los físicos Albert Einstein e Isaac Newton, así como el del CEO de Microsoft, Bill Gates. Los médicos señalan que tener este síndrome y ser un genio es un patrón que normalmente se cumple.

En las calles de Rosario suele haber niños jugando al futbol prácticamente todo el día, salvo cuando el sol se mete y el cielo se oscurece. Ahí, alguna vez jugó un niño de ocho años que destacaba sobre los demás. Era diminuto, pero conducía como ningún otro. Cualquiera que se asomaba y veía al pequeño correr con el balón y observaba su inteligencia para quitarse rivales sobre la marcha, quedaba asombrado.



Ese niño, menor diez años, se llamaba Lionel Andrés Messi. Y no sabía que tenía una condición, pero a los ocho años se dio cuenta porque fue en ese momento cuando los médicos le diagnosticaron la forma más leve del Síndrome de Asperger. Messi tiene autismo. Pocos lo saben porque sus médicos, familiares y amigos, han logrado encapsular esta información para cuidar su imagen.



El Diario do centro do mundo (brasileño), hace algunos meses, contaba cómo había sido la vida de Lionel desde que se le descubriera este trastorno. Según los médicos, padecer el síndrome de Asperger no representa un problema mental, por el contrario, algunas celebridades exitosas también la padecen.



Cuando Messi está dentro del campo se puede notar su autismo. “Siempre hace los mismos movimientos: normalmente cae a la derecha, conduce el balón del mismo modo y con frecuencia define de una manera, típica de él”, relata Nilton Vitulli, un jugador amateur que estuvo cerca de debutar como profesional y quien fuera uno de los primeros en darse cuenta de este padecimiento. “Los autistas están siempre en busca de adoptar un patrón y repetirlo a fondo”, dice el periódico brasileño.



Otra de las habilidades que describen el autismo en el argentino se refleja en que previene sus movimientos y sabe qué hacer justo en el momento adecuado, por eso cuando está mano a mano con el portero tiene la capacidad de saber qué hará el guardameta, de ahí que normalmente sus disparos a puerta terminen en gol.