14 junio 2016

Los macrófagos secuestrados por el tumor para que colaboren en su crecimiento y expansión pueden volver al redil pulsando un simple interruptor molecular .

Macrófagos (verde) atacando a las células tumoralesM. LÓPEZ - 13/06/2016 .

A día de hoy, las enfermedades oncológicas constituyen la segunda causa de mortalidad en nuestro país, solo superadas por las enfermedades cardiovasculares. Y es que a pesar de los numerosos avances logrados en los últimos años, el cáncer sigue siendo muy difícil de tratar. Una dificultad que, fundamentalmente, se explica por la incapacidad del sistema inmune para combatir eficazmente los tumores. De hecho, algunas de las células inmunes son reclutadas por los propios tumores para que les ayuden en su crecimiento y expansión, ‘traicionando’ así al organismo. Sin embargo, investigadores de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (Suiza) han hallado una manera de reconducir a estas células ‘traidoras’ al buen camino para que, lejos de ayudar al cáncer en su crecimiento y expansión a otros órganos –la consabida ‘metástasis’–, colaboren en su destrucción.

Concretamente, el estudio, publicado en la revista «Nature Cell Biology», describe un interruptor molecular para que los macrófagos secuestrados por el cáncer –los denominados ‘macrófagos asociados a tumores’ (TAM)– cejen en su felonía y vuelvan al redil para luchar frente a la enfermedad.

Macrófagos ‘traidores’
Los macrófagos son unas células del sistema inmune que juegan un papel muy importante en el desarrollo del organismo y en la curación de las heridas. Unos macrófagos que, asimismo, son los principales responsables de proteger al organismo frente a los invasores externos, caso de los virus y las bacterias. Así, y una vez una célula sana se convierte en tumoral, el sistema inmune envía a los macrófagos para destruirla.

El problema es que, en muchas ocasiones, los tumores son capaces de secuestrar a estos macrófagos –o lo que es lo mismo, de transformarlos en TAM– para que les ayuden en su proliferación y extensión. Y en este caso, los microARN que producen los propios macrófagos, ahora TAM, para regular su función son utilizados para esconder al tumor del sistema inmune. Una situación que ha sido observada en la mayoría de los tipos de tumor y que supone uno de los principales obstáculos para combatir el cáncer.

En consecuencia, lo que hay que hacer es evitar que los macrófagos se conviertan en TAM o que, una vez transformados en TAM, no sean capaces de producir microARN que ‘mimeticen’ el tumor. Ya solo queda descubrir cómo hacerlo.

Vuelta al redil ...