15 enero 2015

La sección inglesa del Servicio Nacional de Salud (NHS) británico ha decido retirar nueve fármacos contra el cáncer de última generación debido a su alto precio, aunque incorporará tres nuevos.

Las medicinas, que dejarán de recetarse a partir de abril salvo para los pacientes que ya están siendo tratados con ellas, se utilizaban contra cánceres de pecho, próstata e intestino y se empleaban en unos 25 tratamientos específicos para enfermos terminales. No se lograba la sanación, sino que actuaban como paliativos que alargaban la vida algunos meses.

El NHS reconoce que la decisión es «dura», pero alega que ha sido necesario tomarla para poder seguir pagando otros tratamientos que se ha probado que dan mejores resultados: «Tenemos que sacar el máximo beneficio a cada libra de las que disponemos», replican. Las asociaciones de pacientes han expresado su malestar. Sin embargo, la medida no ha sido objeto de una gran polémica pública ni de bandería electoralista, a pesar de que el debate sobre cómo salvar el sistema público de salud es un tema estelar en la precampaña en curso de cara a las elecciones generales del próximo mayo.

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