09 julio 2014

Fernando Mugarza ( Director de Comunicación de Zeltia ) . Entrevista .

Fernando Mugarza : En Comunicación 'hay habilidades que se aprenden y otras vienen con el genoma' .

Mar Muñoz .

Se doctoró en Medicina y Cirugía, pero poco a poco su faceta de médico se fue difuminando por otra gran pasión: la Comunicación; un ámbito al que Fernando Mugarza ha dedicado años y esfuerzos y que, en su opinión, ha sido fundamental para diluir los matices peyorativos, tópicos y mensajes ‘interesados’ que han perjudicado la reputación de la industria farmacéutica. Sin embargo, el director de Comunicación de Zeltia reconoce que en este sector ‘hay habilidades que se aprenden y otras que van con el genoma de cada cual’.

‘Carácter humanista, vocación social, humildad, capacidad de adaptación y de gestionar situaciones críticas; además, mientras más especializado esté, mucho mejor’. Este es el perfil al que, según Fernando Mugarza, director de Comunicación de Zeltia y director de Desarrollo Corporativo y Comunicación de IDIS, debería aproximarse todo responsable de Comunicación de la industria farmacéutica para afrontar de forma eficiente los principales caballos de batalla del sector: ‘la gestión de la reputación, la Comunicación online y la Comunicación interna’.

Fernando Mugarza hace especial hincapié en la importancia de la reputación, pero centra su discurso durante la entrevista en Onda Saludable en los retos que supone la Comunicación online. Destaca que ‘en Internet tenemos todo lo que queramos o más, es una ventana abierta al mundo y no te la puedes perder’. A este respecto, indica que, ‘si hay un problema es, precisamente, de gestión de la información’. Él mismo reconoce: ‘Me fascino mucho por todo lo que es creatividad e innovación y, dentro de mis años, procuro estar al día’.

En tercer lugar, el director de Comunicación de Zeltia se refiere a la comunicación interna como ‘la asignatura pendiente de las organizaciones’. Critica que ‘ganamos mucho tiempo preocupándonos por lo que pasa fuera y no dedicamos ni dos segundos en lo que está ocurriendo dentro de nuestra casa; no nos damos cuenta de que no hay mejor embajador que el propio compañero que tienes al lado y de que son muchos altavoces’.