18 febrero 2014

Las células cancerígenas pueden ser engañadas y movidas de lugares complicados, como el cerebro, a zonas del cuerpo donde es más fácil matarlas. El estudio en ratas probó que así el cáncer se puede reducir hasta un 93%. .

James Gallagher BBC

La forma en que las células cancerígenas se mueven y propagan por el cuerpo puede ser usada en su contra.

Científicos en Estados Unidos desarrollaron una técnica para hacer que el cáncer se conecte a una especie de monorraíl que las llevaría a su perdición.

Un equipo del Instituto de Tecnología de Georgia diseñó nanofibras más delgadas que el cabello humano en la que las células cancerígenas eligen viajar y propagarse. Esta suerte de riel las llevaría a lugares del cuerpo donde es más fácil operar para los cirujanos o donde habría un fármaco listo para matarlas.

Además, en las pruebas hechas en ratas los investigadores demostraron que, al engañar a las células del cáncer para que migren a otras partes, se puede reducir el tamaño de los tumores.

Los investigadores del estudio publicado en la revista especializada Nature Materials trabajaron con gliobastomas, un cáncer en el cerebro que es difícil de tratar y que tiene la tendencia de propagarse dentro del cerebro.

Las células cancerígenas viajan por los nervios y los vasos sanguíneos en la medida que invaden el cerebro.

La tecnología de nanofibra imita los canales que esas células utilizan para moverse.

Uno de los investigadores, el profesor Ravi Bellamkonda, explicó: "Normalmente las células cancerígenas se aferran a estas estructuras naturales que las llevan, como un monorraíl, a otras partes del cerebro".

"Al ofrecerles una alternativa atractiva, podemos eficientemente mover los tumores por caminos que los llevarán al destino que escojamos", agregó.

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