30 diciembre 2013

La Nanomedicina va veloz contra el cáncer .

Maribel R. Coronel .
29/ 12/ 13 .

¿Se imaginan que haya aparatos tan minúsculos, imperceptibles para la vista humana, que entren al cuerpo a reorganizar los átomos y ponerlos en su lugar? Suena como de caricatura, pero tal como va la ciencia médica ya no estamos muy lejos de ello. Con la nanotecnología aplicada a la medicina hacia allá se dirigen las cosas.

La nanotecnología es el cosmos más pequeño manipulado por el ser humano. Si se ha podido estudiar el ADN ha sido gracias a la nanoescala, a herramientas que miden los nanómetros. Un nanómetro es la ¡mil millonésima parte de un metro! Imagínense un metro dividido mil millones de veces. Difícil de concebir por nuestro cerebro pero a ese nivel están trabajando hoy los científicos médicos para lograr nuevas y eficaces terapias, muy enfocadas en particular contra el cáncer.

Hace poco estuve con un grupo de periodistas en el Hospital Metodista de Houston donde tienen un centro de investigación en Nanomedicina que fue fundado en los 90s por el Dr Mauro Ferrari –un matemático e ingeniero mecánico hoy muy prestigiado en el ámbito de nanotecnología y biomedicina-, y ahí los médicos investigadores nos dieron una visión de cómo la nanomedicina avanza en la administración de fármacos, en el diagnóstico oportuno de enfermedades y en la creación propia de nuevas terapias.

Ahí en el segundo piso del Houston Methodist Hospital, en pleno centro del principal cluster médico internacional, el ingeniero biomédico Elvin Blanco –quien diseñó un sistema para reducir los efectos secundarios tóxicos y mejorar las propiedades anti-cáncer de combinaciones de medicamentos de quimioterapia- nos explicó por qué la nanomedicina se perfila como la mejor respuesta contra el cáncer:

El problema de la quimioterapia es que no ha logrado tener una especificidad tal de modo que sólo ataque al tumor cancerígeno, sino que se esparce por todo el cuerpo afectando a diferentes órganos (riñón, hígado, corazón) generando elevada toxicidad en el cuerpo. Con combinaciones de varias drogas se ha tratado de obtener sinergias y maximizar la eficacia de la quimio, pero finalmente el conflicto está en el mecanismo de acción de la droga que no discrimina y ataca tanto células malignas como normales.


La solución que busca la nanotecnología es un mecanismo que sí permite discriminar y sabe llevar la droga específicamente al tumor canceroso. Ello se hace encapsulando los fármacos en nanopartículas de polímero y trasportando éstas hacia los tumores cuya estructura molecular ya se ha ido conociendo gracias a la investigación en dicha escala nanométrica de la que hablamos.

Las nanopartículas transitan por el sistema vascular del cuerpo, llegan al tumor, a las células del tumor, y justo en el núcleo de las células malignas que las recibe es donde empiezan a descargar el medicamento. Se está buscando demostrar también con ello que la terapia intracelular es más efectiva que la que se aplica desde fuera de la célula con fármacos inyectados en forma convencional.

Con esto, no se trataría solamente de aplicarle al paciente con cáncer la droga de última generación o nuevos materiales genéticos que están surgiendo; pues incluso se está investigando con fármacos tradicionales usados en otras enfermedades como malaria. Al lograr llevar el medicamento al tumor específico, habría respuesta más eficaz y menos efectos secundarios.

Esto está a nivel investigación pero muy avanzada y con grandes esperanzas de resultados.

El Dr. Elvin Blanco comenta que la nanomedicina camina a una velocidad inaudita y en particular en el área de fármacos todas las innovaciones van encaminadas a esto, a hacerlas más especificas para aumentar su efectividad. Anticipa que la nanomedicina es algo que va a revolucionar la ingeniería genética porque permitiría hacer otras cosas que hoy no son posibles debido a la falta de un vehículo para ejecutarlas, como por ejemplo (regeneración de material genético), terapia génica, expresar genes o expresar proteínas.

Algo interesante es que el Hospital Metodista de Houston, donde se tiene la ventaja de ser centro de investigación y tener ahí a los médicos especializados y los pacientes donde se conocen y viven de cerca las necesidades para tratar la enfermedad, ha hecho alianzas con el Hospital San José y el Hospital Zambrano Hellion del TecSalud del Sistema Tecnológico de Monterrey. E incluso bajo estos convenios estudiantes mexicanos de medicina están yendo a especializarse en nanomedicina en Houston.