27 noviembre 2009

P53: El guardián del genoma .


Una de las herramientas más poderosas contra el cáncer de que podríamos disponer sería lograr un control preciso de la actividad del gen P53.

Se estima que en más del 55% de los cánceres, este gen presenta mutaciones que le impiden desarrollar con eficacia su papel como supresor de tumores y como regulador maestro del ciclo celular. La proteína producida por este gen es una de las moléculas estelares en la biología celular, en un rango amplísimo de organismos, debido a su papel crucial en procesos como el cáncer, la muerte celular programada y el envejecimiento.

Cuando se descubrió, en 1.979, se pensaba que era un oncogén, o gen promotor de tumores, porque aparecía asociado al desarrollo del cáncer. Pero lo que se había descubierto era una forma anormal, mutada, del gen, que era incapaz de frenar el desarrollo de los tumores. La forma correcta opera de diversas formas. Principalmente, actúa en células que han acumulado muchas mutaciones y otros daños en su ADN (lo que las predispone al cáncer). En primer lugar, activa proteínas reparadoras del ADN para corregir las mutaciones. Si esto falla, o bien detiene el ciclo celular antes de que el ADN vaya a replicarse, o bien activa la cascada de señales que conducen a la célula enferma a su propio suicidio, en beneficio del organismo al que pertenece. También hace que se suiciden las células cuyo genoma es colonizado por virus, lo que acarrea la destrucción de estos (algunos virus producen sustancias inhibidoras de P53 para poder replicarse usando la maquinaria de la célula). El gen P53 es por tanto un vigilante implacable de la integridad de nuestro genoma.

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