Ante un auditorio lleno de empresarios y emprendedores del campo de la biotecnología, Concha Serrano, vicepresidenta de asuntos públicos de Grifols, lanzó una propuesta difícil de rechazar. La compañía catalana está abierta a escuchar sobre proyectos que le puedan interesar. “Nosotros seguimos apostando por la biotecnología”, aseguró.
De hecho, recordó que es un camino que han abierto en los últimos meses y que no han cerrado. Grifols, uno de los tres líderes mundiales de productos de hemoderivados, ha entrado en el capital de cuatro pequeñas empresas españolas de biotecnología, un negocio no directamente relacionado con su núcleo de productos, pero que le permite diversificar y asumir nuevas soluciones en el ámbito de la salud. En marzo de 2012, adquiría el 51% de la empresa aragonesa Araclon Biotech, que se dedica a la investigación y desarrollo de terapias y métodos de diagnóstico de enfermedades degenerativas, centrada específicamente en alzhéimer. En julio, lo hacía con el 40% de VCN Bioscience, dedicada a investigar fármacos oncológicos. En 2011 ya había comprado Nanotherapix, en el campo de la regeneración celular.
En marzo de este año compraba el 60% del capital de la vasca Progenika, por un total de 37 millones de euros, especializada en test genéticos.
“Nuestra estrategia de innovación pasa por estar con las compañías de biotecnología”, anunciaba la pasada semana en el acto de presentación del informe anual de la patronal de Asebio. “Apoyamos las soluciones para enfermedades que todavía no tiene tratamientos”, aseguró, y a empresas “con dificultades para llegar a la financiación”. De hecho apuntó a que hay sensibilidad en los grandes grupos farmacéuticos “en dar continuidad a muchos proyectos, aunque no tenga que ver con su núcleo de negocio”.
Este anuncio llegaba precisamente cuando el Informe Asebio 2012 recoge que, por primera vez, la inversión en I+D del sector ha caído un 5,3%. “Con un flujo de capital privado todavía insuficiente, necesitamos más que nunca el apoyo de la Administración pública, porque nunca hemos estado tan próximos al éxito, pero tampoco nunca hemos visto tan de cerca la posibilidad del colapso de muchos proyectos técnica y económicamente competitivos”, señaló Regina Revilla, presidenta de Asebio.