04 enero 2011

Los análisis de ADN ya empiezan a mejorar los tratamientos del cáncer .

El hospital Vall d'Hebron ha puesto en marcha un laboratorio de análisis de genomas exclusivamente dedicado al cáncer para optimizar el tratamiento que reciben los pacientes.

En el laboratorio se analizan en una hora 625 mutaciones genéticas posibles en 70 genes distintos en las células tumorales obtenidas en biopsias. En función de las mutaciones que se identifican, los médicos pueden predecir si un paciente responderá o no a determinado fármaco.

Por ahora, estos análisis genéticos masivos se aplican a un reducido número de tumores para predecir la eficacia de un reducido número de fármacos. Pero en los próximos años, a medida que lleguen nuevos fármacos que actuarán sobre alteraciones genéticas específicas de las células tumorales, este tipo de análisis se extenderá. “Es el futuro”, predice Josep Tabernero, jefe del servicio de oncología de Vall d'Hebron.

El cáncer colorrectal –el que afecta a más personas en Catalunya, con más de 6.000 diagnósticos al año– ofrece el mejor ejemplo de cómo se han empezado a utilizar estos análisis. Una nueva familia de fármacos que inhibe el receptor EGFR en la membrana de las células ha mejorado en los últimos años el tratamiento de este tipo de cáncer. La mejora se explica porque el receptor EGFR envía al núcleo de la célula la orden de dividirse. Por ello, si se bloquea el receptor, debe frenarse la proliferación celular característica del cáncer.

Sin embargo, los oncólogos han observado que, mientras los nuevos fármacos son muy útiles en algunos pacientes, no tienen ninguna utilidad en otros. No es que en algunos sea más útil y en otros no lo sea tanto. Es una cuestión de todo o nada. La explicación está en la genética.

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