14 marzo 2017

Descubren cómo evitar que el cáncer de próstata se extienda a los huesos .


Las células del cáncer de próstata tienen la capacidad para activar específicamente a los osteoclastos para que destruyan el hueso .

Los osteoclastos son las células responsables de la destrucción del tejido óseoLos inhibidores de la enzima MAO-A, ya comercializados para tratar la depresión, evitan la invasión y proliferación de las células del cáncer de próstata en los huesos .

R. I. - @abc_salud Madrid // 13/03/2017 .

En nuestro país se diagnostican cada año más de 33.000 nuevos casos de cáncer de próstata, el tipo de tumor más común entre la población masculina. Un cáncer que, si bien en un gran número de casos no resulta mortal dado su lento crecimiento, causa cada año el deceso de cerca de 6.000 españoles. Y es que este tipo de cáncer presenta una gran capacidad para expandirse e invadir otros órganos –el proceso denominado ‘metástasis’–. De hecho, hasta un 90% de los pacientes que acaban falleciendo a consecuencia del tumor presenta metástasis óseas. De ahí la importancia de un estudio dirigido por investigadores de la Universidad Estatal de Washington en Pullman (EE.UU.), en el que se describe no solo el mecanismo por el que el cáncer de próstata llega a los huesos, sino también una molécula que, ya presente en algunos antidepresivos ‘antiguos’, es capaz de detener todo este proceso.

Como explica Jason Wu, director de esta investigación publicada en la revista «Cancer Cell», «nuestros hallazgos ofrecen una justificación para evaluar el nuevo uso de estos ‘antiguos’ antidepresivos para el beneficio de los pacientes con cáncer de próstata en estadios avanzados que ya presentan signos y síntomas de metástasis».

Hacerse un hueco
Para llevar a cabo el estudio, los autores emplearon un modelo animal –ratones– al que inocularon distintas líneas celulares del cáncer de próstata en humanos. Y lo que vieron es que existe una enzima denominada ‘monoamino oxidasa A’ (MAO-A) que activa una cascada de señales moleculares que facilitan que las células tumorales invadan y crezcan en los huesos. Pero, dado que los tejidos óseos, aun porosos, no son ni mucho menos huecos, ¿cómo es posibles que las células cancerígenas encuentren un lugar donde ‘anidar’ y crecer? Pues porque promueven la destrucción del hueso para hacerse un hueco.

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