Una niña de 14 años con cáncer terminal ganó poco antes de su muerte el mes
pasado una batalla legal para preservar su cuerpo congelado a fin de encontrar
algún día un tratamiento para curarla, informan hoy los medios británicos. La
adolescente, cuya identidad no puede ser revelada por razones legales, acudió el
mes pasado al Tribunal Superior de Londres para que autorizara a su madre a
llevar su cuerpo a una unidad especializada en criogenización, consistente en
enfriar un cuerpo con la esperanza de ser reanimado, en Estados Unidos. El padre
de la menor se opuso a la decisión de la menor. Por este motivo el caso llegó ante la Justicia. Como sus padres, que están
divorciados, no se ponían de acuerdo sobre los deseos de su hija, el tribunal
dictaminó que su madre, que apoyaba los deseos de la niña, era la única persona
que podía tomar la decisión final sobre el destino del cuerpo. La división de
familia del Tribunal Superior de Londres fue quien atendió el caso, pero
dictaminó que no podía ser divulgado a la prensa hasta después de la muerte de
la menor -residente en Londres- y tampoco se autorizó revelar la identidad de
los padres. El juez Peter Jackson, a cargo del caso, visitó a la niña en el hospital y
admitió sentirse conmovido por la “valiente forma” en que afrontaba el poco
tiempo de vida que le quedaba. En este sentido la menor había investigado en
internet la técnica de congelar el cuerpo con el objetivo de ser rescatada de la
muerte en un futuro.
Tanques Cryostats para la conservación de
personas en nitrógeno líquido del Instituto Cryonics, en Michigan (Cryionics
Institute/handout / EFE)
Padres confrontados en el juzgado
El magistrado agregó que este ha sido el único caso de este tipo que llegaba
ante la Justicia de Inglaterra y Gales y resaltó que plantea a los abogados
nuevos interrogantes sobre los avances de la ciencia. El magistrado ha dejado
claro que tomó la decisión sobre la disputa de los padres y no sobre si era
correcta la criogenización.
De acuerdo con los detalles divulgados hoy, los padres tenían un mala
relación y la chica no había tenido ningún tipo de contacto cara a cara con su
padre durante los últimos ocho años de su vida. Por esa razón, la menor no
permitió que su padre tuviera acceso a los detalles de su enfermedad ni que él
viera su cuerpo una vez fallecida
Según el juez, la niña, cuyo cuerpo ya está en EEUU, tenía la suficiente
capacidad mental para emprender la acción legal. El abogado que representó a la
familia, cuyo nombre no ha sido revelado, calificó a la adolescente de “una niña
inteligente”.
La niña envió una carta al juez
Puesto que un menor en el Reino Unido no puede dejar un testamento legal, el
magistrado tenía que decidir qué persona era la más adecuada para hacer cumplir
los deseos de la niña. La carta que la adolescente envió al juez para explicarle
las razones por las que quería que su cuerpo fuera preservado congelado ayudó al
magistrado a dictar sentencia.
”Sólo tengo 14 años y no quiero morir, pero sé que moriré. Creo que quedar
criogenizada me da la oportunidad de ser curada y despertada, incluso dentro de
cientos de años. No quiero que me entierren bajo tierra. Quiero vivir y vivir
por más tiempo y creo que en el futuro pueden encontrar una cura para mi cáncer
y despertarme. Quiero tener esta oportunidad. Este es mi deseo”, dijo la menor
al juez.
Una técnica con un alto coste económico
Al parecer, el padre estaba inquieto por las consecuencias de la
criogenización y también por el coste de la técnica, estimado en unos 37.000
libras (unos 44.400 euros), y disponible únicamente en EEUU y Rusia. ”Incluso si
hay un tratamiento y ella vuelve a la vida, digamos, en 200 años, es posible que
no encuentre a ningún pariente y puede que no recuerde nada. Puede quedar en una
situación desesperada, teniendo en cuenta que sólo tiene 14 años”, argumentó el
padre. No obstante, por decisión judicial, solo se ha tenido en cuenta la
decisión de la madre de la niña sobre el futuro de su cuerpo.