M. SÍO DOPESO // vigo / la voz, 24 de junio de 2016.
PharmaMar espera tener licencia para un segundo antitumoral marino en 2017 .
José María Fernández Sousa-Faro (Madrid, 1945) cumplió su palabra y, como ha venido ocurriendo desde hace 70 años, ayer celebró en Vigo la junta general de accionistas de PharmaMar, nueva cabeza del grupo de empresas surgidas de la antigua Zeltia.
La compañía tiene ahora su sede social en Madrid, pero las raíces siguen bien aferradas en Galicia, en donde sigue la división química (Xylazel y Zelnova, agrupadas bajo la marca Zeltia), y en donde están centenares de sus accionistas minoritarios. «No ha cambiado nada, yo sigo diciendo Zeltia», reconoce el presidente del grupo, licenciado en Químicas y doctor en Bioquímica por la Complutense, a la vez que propietario del 11 % de la sociedad. La segunda mayor accionista es Rosp Corunna, el holding inversor de Rosalía Mera heredado por su hija, Sandra Ortega, que tiene el 5 %.
-En el último año, PharmaMar ha cumplido dos hitos en la industria farmacéutica española: vender en Estados Unidos y en Japón. Pero se desploma en bolsa y cierra el primer trimestre con pérdidas (7,1 millones). ¿Cómo se explica esta contradicción?
-No es nada inesperado. Está todo bajo control. Hemos ido cumpliendo nuestros objetivos. Todo lo que decíamos que iba a suceder, ha sucedido, como la salida a los mercados de Estados Unidos y Japón, y la aprobación del fármaco Aplidina. El que en el primer trimestre hayamos dado resultado negativo se debe a que no computan los ingresos que esperamos por acuerdos de licencias. Por otro lado, el gasto en I+D se ha acelerado, no podemos dejar de hacer los estudios de registro de nuevos fármacos y eso ha impactado en las cuentas. Todo va mucho más rápido de lo previsto.
-¿Quiere decir que PharmaMar cerrará el 2016 en positivo?
-Puede ser positivo. Y esperamos que sí va a serlo.
-¿Qué está pasando con las acciones de la compañía?
-La caída de la acción en los dos últimos meses del año pasado fue brutal. Eso nos sorprendió, nos pareció una cosa rara, e hicimos dos denuncias a la CNMV para que investigara. La Comisión investigó, y mandó un escrito diciendo que no había visto nada. Nos dio un plazo de dos meses para recurrir, y es lo que hemos hecho.
-¿Qué es lo que han denunciado, exactamente?
-Que podía haber alguna manipulación rara. Al menos eso nos ha parecido. Ellos [por la CNMV] inicialmente no lo han visto. Nosotros hemos sufrido del año pasado hasta aquí una caída en cotización del 43 %. Aunque no solo hemos sufrido nosotros, y esto es lo que voy a presentar en la junta [muestra una infografía en su smartphone con las caídas sufridas por las grandes oncológicas]. El sector biotecnológico ha sufrido mucho en EE. UU. por el miedo que tiene esta industria a que salga Hillary Clinton, que ha anunciado recortes en el precio de los medicamentos si llega a la Casa Blanca.
-¿Por eso están retrasando los planes de salida a bolsa en Estados Unidos?
-Sí, estamos en compás de espera. No es el momento. El panorama se ha complicado mucho en el sector biotecnológico.
-Volviendo al mercado de valores español ¿Teme una opa? Sabe que hay rumores...
-Sí, siempre es un temor. Además sabemos de alguno que ha estado preguntado por nuestra empresa, y esa amenaza existe. La compañía vale muchísimo mas que lo que está registrando en bolsa. Apelo a una frase de Quevedo que decía que es de necios confundir valor con precio.
-¿Los inversores americanos siguen siendo los que mejor entienden PharmaMar?
-Sí, porque hay muchas empresas de biotecnología. Es raro el fondo que no tiene un oncólogo. Conocen todos los ensayos y les asignan un potencial, están acostumbrados a hacerlo, saben analizar las expectativas. Eso en España no ocurre.
-¿Y como van las giras para captar inversores?
-Seguimos haciendo rondas, pero este es un año muy raro: el brexit, los atentados islamistas, las elecciones norteamericanas, en España seguimos con la incertidumbre... Y el dinero se ha retirado de bolsa. Está ahí, cuando se desplacen las incógnitas volverá. Pero el inversor está a la expectativa.
-Zeltia sigue siendo un grupo familiar. ¿Dejará de serlo?
-No, tenemos más de un 25 % entre todos, y mucho recorrido.
«En un lustro tendremos tres productos para 5 tipos de cáncer»
El grupo está impulsando el desarrollo de otros fármacos que ocupen la capacidad de negocio generada hasta ahora por Yondelis. Las esperanzas de PharmaMar están puestas en la molécula PM1183, para el tratamiento de cáncer de ovario y un tipo de cáncer de pulmón, que podría estar en el mercado en el 2019 y que supondrá, asegura Sousa-Faro, más ventas que Yondelis.
-Si Yondelis es solo el principio, ¿cuál es plan?
-Los hitos más importantes están por venir. La aprobación del PM1183 para el cáncer de ovario es mucho más potente que la de Yondelis, y será lo que realmente hará fuerte a la compañía. Ahora tenemos Yondelis para sarcoma de tejidos blandos y ovarios. De aquí a cinco años tendremos tres productos para cinco tipos de cáncer, y es factible porque además de Yondelis, está Aplidin, para múltiple mieloma, para el que esperamos licencia de ventas en el 2017; y el PM1183 para ovario y pulmón.
-¿No contempla un fracaso o un revés en las aprobaciones?
-Cuando nos aprobaron Yondelis en el 2007, lo hicimos sin la prueba de concepto de que en el mar había moléculas antitumorales, sin experiencia y sin dinero. Ahora tenemos las tres cosas.
Yondelis ya llega a 83 países y dispara las ventas un 9 % tras su entrada en EE. UU. y Japón
PharmaMar dejó ayer algo más preocupados que el año pasado a sus accionistas convocados en recinto ferial de Vigo. No solo por la pérdida de valor de las acciones, sino por la aparición de rivales inesperados, como es el caso de «un producto cuyas indicaciones coinciden con una de las aprobadas para el producto antitumoral que PharmaMar comercializa en Europa, (Yondelis, en cáncer de ovario), que ha sido aprobado en la UE».
Lo dice en el informe financiero en el que aclara que el medicamento en cuestión es el Eribulin, del grupo Havalen, aprobado para un subtipo de sarcoma. El presidente de la compañía restó importancia a la competencia que pueda suponer este producto para su superventas Yondelis con el que Sousa-Faro prevé batir un nuevo récord este año, ya con los mercados de EE. UU. y Japón consolidados. Según los datos expuestos, Yondelis ya se vende en 83 países con un incremento del 9 % en sus ventas.
En el 2015 el grupo alcanzó una cifra de negocio de 193,8 millones de euros, una suma récord, de la que PharmaMar (todavía como división biofarmacéutica) aportó más de la mitad, 119,2 millones. El beneficio final se quedó en 6,5 millones.
Un único medicamento
En el 2015 la firma ingresó las siguientes cantidades relacionadas con su único medicamento, de acuerdo al informe financiero presentado a los accionistas: 80,7 millones de euros por la comercialización del fármaco; otros 8,7 recibidos por la multinacional estadounidense Johnson & Johnson por un acuerdo firmado en el 2011 que contemplaba pagos en virtud de la consecución de determinados hitos; y 4,48 más de la misma compañía por la aprobación para la venta de Yondelis en Japón. A estos se suman 4,48 millones entregados a la empresa española por el Ministerio de Sanidad japonés; y 1,48 aportados por la farmacéutica nipona Taiho, también por el permiso obtenido para comercializar el medicamento en aquel país. En total, 99,8 millones.
El consejo de administración de PharmaMar recibió el año pasado una retribución de 3,97 millones de euros. De dicha cantidad, 2,4 millones fueron entregados al presidente. El primer ejecutivo del grupo percibió un millón de euros como premio por la aprobación en Estados Unidos de la comercialización de Yondelis. En ese consejo se sientan exministros como Ana Palacio, Carlos Solchaga y Eduardo Serra.