22 marzo 2020

Coronavirus . Un Tratamiento Nuevo tardará años ... La esperanza inmediata está puesta en medicamentos que ya se usan contra otras enfermedades y superaron en su día las pruebas de seguridad ... De demostrarse su efectividad contra esta infección, podrían empezar a utilizarse pronto, en semanas o meses. Es lo que los científicos llaman 'uso compasivo .

Respuestas para tiempos de incertidumbre .

¿Ha mutado el virus? ¿Es ahora más virulento? .¿Habrá tratamiento pronto? Dos expertos responden a estas y otras preguntas .


LUIS ALFONSO GÁMEZ
Domingo, 22 marzo 2020 .

Son tiempos de incertidumbre. Necesitamos respuestas para un fenómeno que ha alterado nuestras vidas hasta un extremo impensable hace solo unas semanas. Del causante, un enemigo invisible, nos llegan a diario noticias de todo tipo. Esperanzadoras e inquietantes. Los científicos buscan las respuestas en los laboratorios; el resto, donde podemos. EL CORREO ha pedido a dos expertos, la bioquímica Isabel Sola -viróloga del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC)- y el microbiólogo Guillermo Quindós -Universidad del País Vasco-, que nos saquen de dudas en medio de una sobreexposición a noticias que a veces no son tales.

1. ¿Cuántos equipos científicos trabajan en una vacuna contra el SARS-CoV-2?

«Ya se han puesto en marcha ensayos clínicos en Estados Unidos y China. Y, además de centros de investigación, hay compañías farmacéuticas que están aplicando la tecnología para otras vacunas a este coronavirus», indica Isabel Sola desde el laboratorio de coronavirus del CNB-CSIC. El equipo español que ella dirige en Madrid, junto a Luis Enjuanes y Sonia Zúñiga, trabaja en colaboración con la Escuela Icahn de Medicina de Monte Sinaí (Estados Unidos) en el diseño de una vacuna, basándose en sus más de tres décadas de experiencia con coronavirus. «Vamos a aplicar a este nuevo coronavirus todo lo que hemos aprendido con el SARS-CoV de 2002 y el MERS-CoV de 2012, porque cada virus tiene sus particularidades, pero tienen también elementos comunes».

2. ¿Cómo va la investigación sobre tratamientos?

«Nosotros hemos colaborado con una empresa española, PharmaMar, que dispone de un antitumoral, Aplidin, que ya se emplea en el tratamiento clínico. Se sabía que la proteína sobre la que actúa el fármaco también interviene en la infección de los coronavirus, y hemos hecho un ensayo preliminar con otro coronavirus humano -no el SARS-CoV-2-, y visto 'in vitro' que es efectivo. 

Por nuestro trabajo previo con otros coronavirus humanos, disponemos también de candidatos de posibles antivirales que vamos a ensayar en cuanto tengamos el virus en el laboratorio. En el pasado, hemos comprobado que en ratones estos antivirales protegen frente a la infección al 80% de los individuos», explica la viróloga.

Hay muchos equipos en todo el mundo buscando remedios en el arsenal terapéutico ya existente. «De cara a frenar la expansión, en el Hospital Germans Trias de Barcelona van a tratar a 200 infectados con un antiviral que se usa contra el sida, Darunovir, y a la vez a 3.000 contactos con un fármaco contra la malaria, la hidroxicloroquina. El antiviral va a impedir que salgan los virus de la célula e invadan otras, mientras que el antipalúdico evita que el virus entre en la célula. Si funciona esta estrategia, el paciente será menos contagioso y sus contactos menos proclives a infectarse -explica Quindós-. Además, Biocruces (Bizkaia Health Research Institute) participa en un ensayo internacional de otro antiviral, Remdesivir, que se usó contra el ébola».

3. ¿Cuándo habrá un tratamiento específico o una vacuna?

«Antes de salir al mercado, un fármaco no solo tiene que demostrar su efectividad, sino también que es seguro», advierte Quindós. Pueden pasar meses y hasta años para que se disponga de un nuevo tratamiento específico contra el SARS-CoV-2. La esperanza inmediata está puesta en medicamentos que ya se usan contra otras enfermedades y superaron en su día las pruebas de seguridad, como los antes citados. De demostrarse su efectividad contra esta infección, podrían empezar a utilizarse pronto, en semanas o meses. Es lo que los científicos llaman 'uso compasivo', emplear un fármaco autorizado para tratar una enfermedad en la lucha contra otra. Respecto a la vacuna -que también tiene que demostrar su efectividad y seguridad-, los expertos calculan que en el mejor de los casos podría estar disponible entre doce y dieciocho meses.

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