26 mayo 2015

Ronit Satchi-Fainaro . Es una de las 50 mujeres más influyentes y poderosas según Forbes Israel . Nanomedicina contra el cáncer .

* Su trabajo se centra en investigar fármacos alternativos a la quimioterapia convencional que ataquen exclusivamente al tumor .

* «Veremos los frutos de tanta investigación probablemente en los próximos cinco años» .

PAULA CLEMENTE // 26/05/2015 .

Nacida en Israel y criada en Venezuela, aunque con toda su carrera empezada y construida en el país de origen. El historial académico de Ronit Satchi-Fainaro es amplio e internacional; especializada en farmacia y farmacología en Jerusalén, doctorado en química de polímeros -básicamente química centrada en cáncer- en la Universidad de Londres, post-doctorado en Harvard Medical School y jefa de departamento de Fisiología y Farmacología en Tel-Aviv. Ahora, su país puede estar orgullosa de ella: ha sido nombrada una de las 50 mujeres más poderosas e influyentes según Forbes Israel. Esta categorización se debe a su concienzudo trabajo buscando nuevos fármacos para el tratamiento del cáncer, mediante el innovador uso de la nanotecnología.

A grandes rasgos, el trabajo en su laboratorio combina distintas disciplinas -química, biología, medicina e ingeniería- para desarrollar tratamientos alternativos a la quimioterapia; fármacos que se dirigen exclusivamente al tumor para evitar o, directamente, eliminar los efectos secundarios de este tratamiento. «Si nos fijamos, todos estos fármacos matan maravillosamente al tumor si éste está aislado», explica la científica, «pero cuando se lo damos al paciente, también matan al resto del cuerpo». Es por eso que los médicos están muy limitados en cuanto a la dosis que pueden recetar al paciente. Y, consecuentemente, por lo que la nanomedicina deviene imprescindible.

El problema reside en que la quimioterapia convencional está desarrollada para atacar a las células que se dividen rápido, que serían, entre otras, las cancerígenas. Sin embargo, la quimioterapia no sabe distinguir entre aquellas otras sanas y las dañinas. El tratamiento, además, es muy tóxico. Es por eso que se suelen hacer parones en su suministro. «El problema», insiste la científica, «es que en este periodo libre de fármacos, no sólo se recupera el cuerpo, sino que también se recupera el tumor». Así, la focalización aparece como algo imprescindible. Y la nanomedicina, o, más bien, los fármacos desarrollados mediante nanomedicina, también: «son más selectivos, más específicos, se pueden subministrar en dosis mucho menores y en un ambiente mucho más seguro, porque no atacan a los órganos sanos», reitera Satchi-Fainaro.

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