El investigador catalán es el director del programa de biología del cáncer y genética del hospital Memorial Sloan-Kettering de Nueva York y coautor de la investigación .
Estamos pescando en aguas turbias y muy profundas. Lanzamos la red sin saber lo que vamos a descubrir, pero sabemos que hay mucho más ahí oculto de lo que somos capaces de ver. El talento del investigador consiste en saber dónde tirar la red y, después de ver lo que ha salido, saber dónde la tiene que tirar la vez siguiente”, explica Joan Massagué, director del programa de biología del cáncer y genética del hospital Memorial Sloan-Kettering de Nueva York y coautor de la investigación que ha ampliado la visión del cáncer de mama. Massagué, que también es director adjunto del Institut de Recerca Biomèdica de Barcelona, atendió el jueves por teléfono a La Vanguardia.
¿Son más importantes las alteraciones que han descrito en esta investigación que las mutaciones genéticas que conocían antes?
Las dos son importantes, pero actúan de manera distinta. Si se combinan dos o tres mutaciones decisivas en una célula, inevitablemente se inician tumores. El perfil de metilación que hemos descrito ahora, en cambio, comporta un riesgo, una probabilidad de metástasis.
¿Probabilidad significa ignorancia, ya que si supieran mejor cuáles son las alteraciones concretas que llevan a la metástasis tal vez también diría que es inevitable?
No, es un proceso estocástico. No podemos predecir a priori qué células de un tumor primario harán metástasis, aunque muchas puedan hacerla. Esta es una nueva visión del cáncer, algo que no sospechábamos hace unos pocos años.
¿Por tanto, cualquiera de las muchas células que tienen este perfil de metilación puede originar una metástasis?
Lo que ocurre es que toda la población de células con este perfil está predispuesta a hacer metástasis. Todas tienen esta intención. Pero tener intención criminal no significa que se vaya a cometer un crimen. Depende también de que se tenga la oportunidad. La mayoría de estas células no van a originar metástasis. Sólo una de cada muchas lo logrará.
¿Hay algún test de detección del perfil de metilación que ustedes han identificado para ofrecerlo a las pacientes y precisar mejor el pronóstico del cáncer de mama?
Esto es algo que podría ocurrir a raíz de esta investigación. Pero después habrá que ver, como siempre, si los resultados que se obtienen con esta nueva vara de medir la agresividad tumoral son más informativos en la práctica clínica que los ya existentes.
¿Tiene la impresión de perseguir un horizonte que se aleja porque, cuanto más saben sobre el cáncer, más complejo resulta todo?
Hay gente que reacciona de esta manera. Pero a mí personalmente no me ocurre. Parto de la base de que la complejidad a la que nos enfrentamos es enorme y, cuando entramos y empezamos a ver cosas concretas, creo que es un avance. Estamos conquistando la complejidad. Sería muy iluso pensar que, con cada pequeño nuevo avance, lo vamos a saber todo.
¿Cree probable que, a raíz de esta investigación, también se desarrollen fármacos que actúen sobre este perfil de metilación?
Todo es posible, pero nada es inmediato.