ALBERTO IGLESIAS FRAGA // Madrid /// 18/04/2016 .
Cuando la situación de la ciencia en España era aún más complicada que la actual, en 1984, la compañía norteamericana Lilly decidió instalar en Alcobendas, una localidad a noreste de Madrid, su mayor laboratorio de I+D fuera de las fronteras de Estados Unidos.
¿Por qué en nuestro país? «En España hay mucho talento, un ecosistema de científicos de lo mejor de Europa y un sistema sanitario ejemplar», explica María Teresa Millán, directora de Asuntos Corporativos de Lilly. «Es muy notorio el trabajo en innovación que llevamos aquí, en un país que no tiene ningún Premio Nobel de Ciencias desde Severo Ochoa», añade Jesús Ezquerra, director del Centro de I+D de Lilly.
Desde su creación, este laboratorio ha crecido de forma notable, pasando de una decena de investigadores en los 90 a los más de 120 científicos que trabajan allí actualmente. En 2002, el laboratorio incorporó un centro de investigación en Química Médica y, siete años más tarde, haría su aparición el laboratorio de Bioquímica y Biología Molecular. «Todo lo que aquí hemos llevado a cabo ha permitido generar nuevo conocimiento para la sociedad», afirma Jesús Ezquerra.Y es que, en todos estos años, el centro no ha logrado aún crear una molécula viable al mercado, aunque se han quedado a las puertas en varias ocasiones .
Algo que no es de extrañar si se tiene en cuenta que apenas una nueva entidad química (NCE) de cada 10.000 candidatas llega a las consultas y farmacias de todo el planeta.
1.200 MILLONES DE DÓLARES es lo que puede llegar a costar el desarrollo de un nuevo fármaco.El proceso se suele prolongar entre 10 y 15 años, motivos que justifican la protección legal (y el coste) a la que están sujetos los nuevos tratamientos.
Aún es pronto para saber a ciencia cierta si el Abemaciclib será la primera molécula de síntesis orgánica que se geste en este laboratorio.
Y es que, de superar los distintos ensayos clínicos que le quedan por delante, podría convertirse en un medicamento más que indispensable en nuestra sociedad.AbemaciclibEl Abemaciclib comenzó a estudiarse en 2006, aunque sus orígenes radican en otros compuestos con los que los científicos experimentaron anteriormente. Se trata de un inhibidor del ciclo celular, capaz de bloquear -al menos en teoría- el crecimiento de las células cancerígenas. Dicho de otro modo, esta molécula podría parar el desarrollo de varios tipos de cáncer.
Los más propicios son el cáncer de mama metastásico y con dependencia de estrógenos o el cáncer de pulmón.Aún no hay fecha para su lanzamiento comercial, ya que el proceso de desarrollar un nuevo fármaco suele llevar, de media, unos 10 o 15 años. Pero, cuando lo haga, puede revolucionar la quimioterapia de este nicho de pacientes.
La propia FDA, el regulador norteamericano de medicamentos, ha reconocido esta molécula como un «tratamiento innovador», categoría con la que admite que el Abemaciclib puede aportar una «mejora clínicamente significativa» sobre las terapias disponibles.Investigación clínicaLos laboratorios de Lilly en España no sólo se dedican a la investigación de nuevas moléculas, sino que también prueban fármacos experimentales provenientes del resto de centros de I+D de la empresa en otros lugares.
46,2 MILLONES de euros es la cantidad que invierte Lilly en investigación en España. De toda su plantilla en nuestro país, el 16% están relacionados con la investigación preclínica o clínica.
Tan sólo en 2015, la firma llevó a cabo 78 estudios clínicos en nuestro país, además de contar con 537 equipos de investigación en centros sanitarios y más de 3.400 pacientes.