EMILIO DE BENITO // El Pais // Madrid 24 ENE 2017 .
"Estaba harta de ver cómo engañaban a las personas con cáncer". Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac) es tajante. Cuando se recibe el diagnóstico de una de estas enfermedades, lo que menos se necesita es interferencias, falsos consejos y, mucho menos, timadores. Con esa idea la asociación ha publicado Mitos y pseudoterapias, un compendio en el que analiza 28 pseudoterapias (al menos en lo que se refiere al cáncer) y hasta 78 mitos (esa supuesta sabiduría popular que, con más o buenos buena intención, todos los afectados oyen alguna vez y que no tiene base científica alguna).
"Para los mitos nos basamos en nuestro conocimiento, porque son cosas que se oyen en la calle. Para las pseudoterapias hemos buscado a expertos de la Asociación para Proteger al Paciente de Terapias Pseudocientíficas, de la que soy miembro a título individual", explica Barragán. "Por eso esa parte está referenciada, con citas que avalan cada una de las informaciones", añade.
La relación parece exhaustiva: desde la homeopatía a la acupuntura, del reiki a la naturopatía, con inclusiones llamativas como el psicoanálisis –"una aproximación filosófica al estudio de la mente humana que nunca se ha comportado como un programa de investigación científica", cita Ángelo Fasce, filósofo de la Ciencia, máster en Neurociencia Básica y Aplicada–, la osteopatía o la programación neurolingüística, entre otros.
En la mayoría de ellas, la conclusión es que no han demostrado ser de ninguna ayuda. En alguna otra, como la terapia neural, se recogen posibles daños.
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