En poco tiempo, dos españoles –el científico, Joan Massagué y el oncólogo Josep Baselga– han conseguido ocupar los puestos de mayor responsabilidad de la institución oncológica con más prestigio internacional, el Instituto Sloan-Kettering de Nueva York, en Estados Unidos. El primero, en el laboratorio, y el segundo a pie de cama del enfermo. Baselga dirige desde hace un año el hospital oncólogico Memorial Center, vinculado al centro de investigación que gestionará Massagué. A partir de enero, Joan Massagué (Barcelona 1953) tendrá a su cargo 120 grupos de investigación con más de un millar de científicos y un presupuesto envidiable de 400 millones de dólares anuales.
ABC ha charlado con él durante una visita a Madrid para participar en la XXXII Lección Memorial Fernández-Cruz, celebrada el jueves en el Hospital Clínico de Madrid. Allí ha hablado de la metástasis del cáncer, ese complejo mecanismo por el cual una célula cancerosa decide escapar de un tumor e invadir un órgano sano. Y también de las investigaciones más prometedoras que «aspiran a convertir el cáncer en una enfermedad crónica como el sida».
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30 diciembre 2013
PharmaMar Cierra el Año con Optimismo y Mantiene su Apuesta por la Investigación del Fondo Marino para Desarrollar Fármacos .
La Ciencia Que Vino del Mar . 2013 Ha sido un Año Clave para la Compañía .
Desde que la compañía llevara a cabo el desarrollo de Yondelis, el primer antitumoral de origen marino aprobado por la Unión Europea para sarcoma y para cáncer de ovario, su especielización en este ámbito le ha servido para crecer y hacer notoria su apuesta por la investigación de los fondos marinos para el desarrollo de medicamentos.
De hecho, este año algunos de estos productos han tenido cierto protagonismo.
Uno de ellos es la molécula Pipecolidepsin A, un péptido cíclico sintetizado y que ya ha traído consigo una publicaciones científicas y presencia en congresos de gran relevancia, entre ellas un estudio publicado en la revista Nature. Según Marta Pelay, del Instituto de Investigación Biomédica del Parque Científico de la Universidad de Barcelona, los primeros datos in vitro demostraron “una muy buena actividad antitumoral en distintos tipos de cáncer hematológico y en tumores sólidos como el cáncer de colon, de mama, de próstata y de pulmón”.
En 2014 está prevista la finalización del reclutamiento de la fase III con Aplidin, para mieloma múltiple, compuesto que se espera sea el siguiente medicamento de estas características en llegar al mercado tras haber sido designado medicamento huérfano por la Comisión Europa y la FDA. Por detrás hay otros dos compuestos: el PM01183, cuya fase III se encuentra en fase de diseño, y el PM060184, cuyo aislamiento, síntesis y desarrollo preclínico y clínico son motivo de otra de las ponencias del congreso.
Además Pharmamar presentó en septiembre los resultados del estudio de Fase II con PM01183 frente a topotecan en pacientes con cáncer de ovario resistente-refractario a platino. Se trata de un ensayo abierto y se ha llevado a cabo en 9 centros de la UE. Este estudio de Fase II se diseñó en dos etapas. La primera incluía 22 pacientes, que fueron tratados con 7mg de PM01183 en infusión de una hora cada tres semanas. La segunda etapa incluyó un total de 58 pacientes evaluables, que fueron tratados bien con PM01183 o con topotecan. Los resultados de la primera etapa del ensayo fueron presentados en el Congreso Europeo del Cáncer en 2012.
El objetivo primario del ensayo era evaluar la tasa global de respuesta en las pacientes tratadas con PM01183 (esto incluye la suma tanto de respuestas completas como de respuestas parciales). La supervivencia libre de progresión y la supervivencia global se establecieron como objetivos secundarios. El 30,3% de las pacientes con enfermedad resistente a platino tratadas con PM01183 mostraron respuesta objetiva al tratamiento, mientras que de las pacientes tratadas con topotecan no se registró ninguna respuesta objetiva. Se observó un beneficio clínico (suma de respuestas objetivas más estabilización de la enfermedad), de un 82% en aquellas pacientes tratadas con PM01183 y de un 50% en las pacientes tratadas con topotecan. La mediana de la supervivencia libre de progresión en las pacientes con enfermedad resistente a platino tratadas con PM01183 fue de 4,8 meses, mientras que en el brazo de pacientes tratadas con topotecan fue de 1,7 meses. Los datos de supervivencia global todavía están inmaduros, pero se observa un aumento significativo de la supervivencia global en favor del PM01183 en comparación con topotecan. Según las evidencias presentadas hasta ahotra, el efecto adverso más frecuente en ambos brazos de tratamiento ha sido la neutropenia y no se ha observado ninguna toxicidad inesperada.
Además, Pharmamar ha anunciado recientemente que su socio Janssen Research & Development, LLC, ha completado el reclutamiento de pacientes para un estudio pivotal o de registro de Fase III con Yondelis para el tratamiento de L-sarcomas.
Se trata de un estudio pivotal, multicéntrico, controlado y aleatorizado que compara la seguridad y eficacia de Yondelis y dacarbazina para el tratamiento de pacientes con liposarcoma o leiomiosarcoma metastásico o avanzado previamente tratados con antraciclinas e ifosfamida o con antraciclina seguido de una línea adicional de quimioterapia.
En Europa y en otros países fuera de Estados Unidos, Yondelis está aprobado para el tratamiento de pacientes con sarcoma de tejidos blandos avanzado, tras el fracaso de las antraciclinas e ifosfamida, o que no se ajusten a recibir estos agentes, y en combinación con doxorubicina liposomal pegilada para el tratamiento de cáncer de ovario recurrente platino-sensible.
Desde que la compañía llevara a cabo el desarrollo de Yondelis, el primer antitumoral de origen marino aprobado por la Unión Europea para sarcoma y para cáncer de ovario, su especielización en este ámbito le ha servido para crecer y hacer notoria su apuesta por la investigación de los fondos marinos para el desarrollo de medicamentos.
De hecho, este año algunos de estos productos han tenido cierto protagonismo.
Uno de ellos es la molécula Pipecolidepsin A, un péptido cíclico sintetizado y que ya ha traído consigo una publicaciones científicas y presencia en congresos de gran relevancia, entre ellas un estudio publicado en la revista Nature. Según Marta Pelay, del Instituto de Investigación Biomédica del Parque Científico de la Universidad de Barcelona, los primeros datos in vitro demostraron “una muy buena actividad antitumoral en distintos tipos de cáncer hematológico y en tumores sólidos como el cáncer de colon, de mama, de próstata y de pulmón”.
En 2014 está prevista la finalización del reclutamiento de la fase III con Aplidin, para mieloma múltiple, compuesto que se espera sea el siguiente medicamento de estas características en llegar al mercado tras haber sido designado medicamento huérfano por la Comisión Europa y la FDA. Por detrás hay otros dos compuestos: el PM01183, cuya fase III se encuentra en fase de diseño, y el PM060184, cuyo aislamiento, síntesis y desarrollo preclínico y clínico son motivo de otra de las ponencias del congreso.
Además Pharmamar presentó en septiembre los resultados del estudio de Fase II con PM01183 frente a topotecan en pacientes con cáncer de ovario resistente-refractario a platino. Se trata de un ensayo abierto y se ha llevado a cabo en 9 centros de la UE. Este estudio de Fase II se diseñó en dos etapas. La primera incluía 22 pacientes, que fueron tratados con 7mg de PM01183 en infusión de una hora cada tres semanas. La segunda etapa incluyó un total de 58 pacientes evaluables, que fueron tratados bien con PM01183 o con topotecan. Los resultados de la primera etapa del ensayo fueron presentados en el Congreso Europeo del Cáncer en 2012.
El objetivo primario del ensayo era evaluar la tasa global de respuesta en las pacientes tratadas con PM01183 (esto incluye la suma tanto de respuestas completas como de respuestas parciales). La supervivencia libre de progresión y la supervivencia global se establecieron como objetivos secundarios. El 30,3% de las pacientes con enfermedad resistente a platino tratadas con PM01183 mostraron respuesta objetiva al tratamiento, mientras que de las pacientes tratadas con topotecan no se registró ninguna respuesta objetiva. Se observó un beneficio clínico (suma de respuestas objetivas más estabilización de la enfermedad), de un 82% en aquellas pacientes tratadas con PM01183 y de un 50% en las pacientes tratadas con topotecan. La mediana de la supervivencia libre de progresión en las pacientes con enfermedad resistente a platino tratadas con PM01183 fue de 4,8 meses, mientras que en el brazo de pacientes tratadas con topotecan fue de 1,7 meses. Los datos de supervivencia global todavía están inmaduros, pero se observa un aumento significativo de la supervivencia global en favor del PM01183 en comparación con topotecan. Según las evidencias presentadas hasta ahotra, el efecto adverso más frecuente en ambos brazos de tratamiento ha sido la neutropenia y no se ha observado ninguna toxicidad inesperada.
Además, Pharmamar ha anunciado recientemente que su socio Janssen Research & Development, LLC, ha completado el reclutamiento de pacientes para un estudio pivotal o de registro de Fase III con Yondelis para el tratamiento de L-sarcomas.
Se trata de un estudio pivotal, multicéntrico, controlado y aleatorizado que compara la seguridad y eficacia de Yondelis y dacarbazina para el tratamiento de pacientes con liposarcoma o leiomiosarcoma metastásico o avanzado previamente tratados con antraciclinas e ifosfamida o con antraciclina seguido de una línea adicional de quimioterapia.
En Europa y en otros países fuera de Estados Unidos, Yondelis está aprobado para el tratamiento de pacientes con sarcoma de tejidos blandos avanzado, tras el fracaso de las antraciclinas e ifosfamida, o que no se ajusten a recibir estos agentes, y en combinación con doxorubicina liposomal pegilada para el tratamiento de cáncer de ovario recurrente platino-sensible.
La Nanomedicina va veloz contra el cáncer .
Maribel R. Coronel .
29/ 12/ 13 .
¿Se imaginan que haya aparatos tan minúsculos, imperceptibles para la vista humana, que entren al cuerpo a reorganizar los átomos y ponerlos en su lugar? Suena como de caricatura, pero tal como va la ciencia médica ya no estamos muy lejos de ello. Con la nanotecnología aplicada a la medicina hacia allá se dirigen las cosas.
La nanotecnología es el cosmos más pequeño manipulado por el ser humano. Si se ha podido estudiar el ADN ha sido gracias a la nanoescala, a herramientas que miden los nanómetros. Un nanómetro es la ¡mil millonésima parte de un metro! Imagínense un metro dividido mil millones de veces. Difícil de concebir por nuestro cerebro pero a ese nivel están trabajando hoy los científicos médicos para lograr nuevas y eficaces terapias, muy enfocadas en particular contra el cáncer.
Hace poco estuve con un grupo de periodistas en el Hospital Metodista de Houston donde tienen un centro de investigación en Nanomedicina que fue fundado en los 90s por el Dr Mauro Ferrari –un matemático e ingeniero mecánico hoy muy prestigiado en el ámbito de nanotecnología y biomedicina-, y ahí los médicos investigadores nos dieron una visión de cómo la nanomedicina avanza en la administración de fármacos, en el diagnóstico oportuno de enfermedades y en la creación propia de nuevas terapias.
Ahí en el segundo piso del Houston Methodist Hospital, en pleno centro del principal cluster médico internacional, el ingeniero biomédico Elvin Blanco –quien diseñó un sistema para reducir los efectos secundarios tóxicos y mejorar las propiedades anti-cáncer de combinaciones de medicamentos de quimioterapia- nos explicó por qué la nanomedicina se perfila como la mejor respuesta contra el cáncer:
El problema de la quimioterapia es que no ha logrado tener una especificidad tal de modo que sólo ataque al tumor cancerígeno, sino que se esparce por todo el cuerpo afectando a diferentes órganos (riñón, hígado, corazón) generando elevada toxicidad en el cuerpo. Con combinaciones de varias drogas se ha tratado de obtener sinergias y maximizar la eficacia de la quimio, pero finalmente el conflicto está en el mecanismo de acción de la droga que no discrimina y ataca tanto células malignas como normales.
La solución que busca la nanotecnología es un mecanismo que sí permite discriminar y sabe llevar la droga específicamente al tumor canceroso. Ello se hace encapsulando los fármacos en nanopartículas de polímero y trasportando éstas hacia los tumores cuya estructura molecular ya se ha ido conociendo gracias a la investigación en dicha escala nanométrica de la que hablamos.
Las nanopartículas transitan por el sistema vascular del cuerpo, llegan al tumor, a las células del tumor, y justo en el núcleo de las células malignas que las recibe es donde empiezan a descargar el medicamento. Se está buscando demostrar también con ello que la terapia intracelular es más efectiva que la que se aplica desde fuera de la célula con fármacos inyectados en forma convencional.
Con esto, no se trataría solamente de aplicarle al paciente con cáncer la droga de última generación o nuevos materiales genéticos que están surgiendo; pues incluso se está investigando con fármacos tradicionales usados en otras enfermedades como malaria. Al lograr llevar el medicamento al tumor específico, habría respuesta más eficaz y menos efectos secundarios.
Esto está a nivel investigación pero muy avanzada y con grandes esperanzas de resultados.
El Dr. Elvin Blanco comenta que la nanomedicina camina a una velocidad inaudita y en particular en el área de fármacos todas las innovaciones van encaminadas a esto, a hacerlas más especificas para aumentar su efectividad. Anticipa que la nanomedicina es algo que va a revolucionar la ingeniería genética porque permitiría hacer otras cosas que hoy no son posibles debido a la falta de un vehículo para ejecutarlas, como por ejemplo (regeneración de material genético), terapia génica, expresar genes o expresar proteínas.
Algo interesante es que el Hospital Metodista de Houston, donde se tiene la ventaja de ser centro de investigación y tener ahí a los médicos especializados y los pacientes donde se conocen y viven de cerca las necesidades para tratar la enfermedad, ha hecho alianzas con el Hospital San José y el Hospital Zambrano Hellion del TecSalud del Sistema Tecnológico de Monterrey. E incluso bajo estos convenios estudiantes mexicanos de medicina están yendo a especializarse en nanomedicina en Houston.
29/ 12/ 13 .
¿Se imaginan que haya aparatos tan minúsculos, imperceptibles para la vista humana, que entren al cuerpo a reorganizar los átomos y ponerlos en su lugar? Suena como de caricatura, pero tal como va la ciencia médica ya no estamos muy lejos de ello. Con la nanotecnología aplicada a la medicina hacia allá se dirigen las cosas.
La nanotecnología es el cosmos más pequeño manipulado por el ser humano. Si se ha podido estudiar el ADN ha sido gracias a la nanoescala, a herramientas que miden los nanómetros. Un nanómetro es la ¡mil millonésima parte de un metro! Imagínense un metro dividido mil millones de veces. Difícil de concebir por nuestro cerebro pero a ese nivel están trabajando hoy los científicos médicos para lograr nuevas y eficaces terapias, muy enfocadas en particular contra el cáncer.
Hace poco estuve con un grupo de periodistas en el Hospital Metodista de Houston donde tienen un centro de investigación en Nanomedicina que fue fundado en los 90s por el Dr Mauro Ferrari –un matemático e ingeniero mecánico hoy muy prestigiado en el ámbito de nanotecnología y biomedicina-, y ahí los médicos investigadores nos dieron una visión de cómo la nanomedicina avanza en la administración de fármacos, en el diagnóstico oportuno de enfermedades y en la creación propia de nuevas terapias.
Ahí en el segundo piso del Houston Methodist Hospital, en pleno centro del principal cluster médico internacional, el ingeniero biomédico Elvin Blanco –quien diseñó un sistema para reducir los efectos secundarios tóxicos y mejorar las propiedades anti-cáncer de combinaciones de medicamentos de quimioterapia- nos explicó por qué la nanomedicina se perfila como la mejor respuesta contra el cáncer:
El problema de la quimioterapia es que no ha logrado tener una especificidad tal de modo que sólo ataque al tumor cancerígeno, sino que se esparce por todo el cuerpo afectando a diferentes órganos (riñón, hígado, corazón) generando elevada toxicidad en el cuerpo. Con combinaciones de varias drogas se ha tratado de obtener sinergias y maximizar la eficacia de la quimio, pero finalmente el conflicto está en el mecanismo de acción de la droga que no discrimina y ataca tanto células malignas como normales.
La solución que busca la nanotecnología es un mecanismo que sí permite discriminar y sabe llevar la droga específicamente al tumor canceroso. Ello se hace encapsulando los fármacos en nanopartículas de polímero y trasportando éstas hacia los tumores cuya estructura molecular ya se ha ido conociendo gracias a la investigación en dicha escala nanométrica de la que hablamos.
Las nanopartículas transitan por el sistema vascular del cuerpo, llegan al tumor, a las células del tumor, y justo en el núcleo de las células malignas que las recibe es donde empiezan a descargar el medicamento. Se está buscando demostrar también con ello que la terapia intracelular es más efectiva que la que se aplica desde fuera de la célula con fármacos inyectados en forma convencional.
Con esto, no se trataría solamente de aplicarle al paciente con cáncer la droga de última generación o nuevos materiales genéticos que están surgiendo; pues incluso se está investigando con fármacos tradicionales usados en otras enfermedades como malaria. Al lograr llevar el medicamento al tumor específico, habría respuesta más eficaz y menos efectos secundarios.
Esto está a nivel investigación pero muy avanzada y con grandes esperanzas de resultados.
El Dr. Elvin Blanco comenta que la nanomedicina camina a una velocidad inaudita y en particular en el área de fármacos todas las innovaciones van encaminadas a esto, a hacerlas más especificas para aumentar su efectividad. Anticipa que la nanomedicina es algo que va a revolucionar la ingeniería genética porque permitiría hacer otras cosas que hoy no son posibles debido a la falta de un vehículo para ejecutarlas, como por ejemplo (regeneración de material genético), terapia génica, expresar genes o expresar proteínas.
Algo interesante es que el Hospital Metodista de Houston, donde se tiene la ventaja de ser centro de investigación y tener ahí a los médicos especializados y los pacientes donde se conocen y viven de cerca las necesidades para tratar la enfermedad, ha hecho alianzas con el Hospital San José y el Hospital Zambrano Hellion del TecSalud del Sistema Tecnológico de Monterrey. E incluso bajo estos convenios estudiantes mexicanos de medicina están yendo a especializarse en nanomedicina en Houston.
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