ÁNGELES LÓPEZ // Madrid 24/06/2015 .
El rastro que dejan los tumores en la sangre o en otros fluidos es conocido por la ciencia desde tiempo. Sin embargo, hasta el desarrollo de ciertas tecnologías, como la secuenciación masiva, no ha sido posible utilizar esta 'huella tumoral' en los líquidos corporales. En los últimos años, se han desarrollado test sanguíneos para algunos tumores como los de pulmón, colon o mama. Ahora, un equipo de investigadores estadounidenses demuestra que el análisis de la sangre o de la saliva puede ser útil para otro tipo de cáncer, el de cabeza y cuello. Esta prueba, sencilla e indolora, podría servir para detectar el tumor, la recaída o la respuesta a un tratamiento.
Aproximadamente más de medio millón de personas recibe un diagnóstico de cáncer de cuello o cabeza cada año. Se trata del séptimo cáncer más común en todo el mundo. Además, el diagnóstico de algunos de estos tumores es tardío y, cuando se tratan y recaen, la detección de esa recaída también se descubre muy tarde. Pruebas que mejoren bien el primer diagnóstico o las recaídas son necesarias para mejorar el pronóstico de estas personas pues sólo sobreviven más allá de los cinco años un 50%.
Bajo el paraguas del cáncer de cabeza y cuello se encuentra tumores que van desde el carcinoma de células escamosas de la cavidad oral (boca y lengua), los orofaríngeos (incluida la base de la lengua), laríngeos, hipofaríngeos. Mientras que los de la cavidad oral están disminuyendo su incidencia en algunos países debido a una reducción del número de fumadores, los orofaríngeos están aumentando, particularmente entre hombres jóvenes, por su vinculación con la infección del papilomavirus.
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