Publicado por Mister Empresa | Casos de éxito | may 2014 .
Una empresa que se dedica a la investigación y búsqueda de fármacos contra el cáncer es siempre un ejemplo, pero desde el punto de vista empresarial supone un riesgo tremendo. La inversión a realizar nunca es pequeña y siempre es a muy largo plazo, además no hay garantías de éxito ya que puede que el resultado de esas investigaciones no llegue a tener éxito.
Sin embargo Zeltia lo ha conseguido. La empresa viguesa del sector farmacéutico acaba de anunciar que ha logrado un beneficio neto de 16,8 millones de euros entre enero y marzo, el 6,8% más que en el primer trimestre de 2013, debido en gran parte por el éxito de su producto estrella, Yondelis, un antitumoral de origen marino.
Las dificultades del camino hacia el éxito
Pero, como se podía prever, el camino hasta aquí ha sido duro y no exento de dificultades. Aun teniendo la convicción de que sus investigaciones iban por buen camino Zeltia, o más bien su filial Pharma Mar que es la que ha desarrollado Yondelis, ha tenido que pasar muchos años en la cuerda floja a la espera de poder poner su producto en el mercado y recuperar la inversión realizada hasta ese momento.
¿Cómo lo lograron? Principalmente por el apoyo financiero de una de sus mayores valedoras desde que se inició el proyecto, la difunta Rosalía Mera, y por un buen comportamiento de la empresa en bolsa, apoyado por la grandes perspectivas de éxito del producto.
Porque además del esfuerzo de obtener un producto realmente válido han tenido que solventar otras situaciones comprometidas.
La obtención de la licencia de las autoridades sanitarias europeas y americanas para poder comercializar el fármaco no fue sencilla e incluso puso en una difícil situación al proyecto en varias ocasiones, lo peor que puede pasarle a un proyecto de este tipo es la incertidumbre, pero finalmente se logró el objetivo.
Claves desde el punto de vista empresarial
¿Qué se puede concluir de un caso como el de Zeltia? En primer lugar que la clave del éxito está siempre en crear un proyecto sólido. Un buen producto, un equipo que lo desarrolle y un potencial enorme en el sector en el que se va a desarrollar.
Con este armazón es más sencillo conseguir que un inversor apoye el proyecto y esté tan convencido de él que ese apoyo sea incondicional y ayude a afianzarlo y a generar confianza para que otros se sumen al mismo.
La guinda del pastel siempre es la paciencia y la confianza de la propia empresa. No ceder a las dificultades, seguir adelante convencidos de que antes o después con un buen producto llegará el éxito.