* La nueva esperanza contra la enfermedad llega de fármacos que estimulan el sistema inmune .
* La terapia se ha mostrado eficaz en melanomas y, algo menos, en los casos de riñón y pulmón .
Antoni Ribas aún recuerda la cara de asombro de sus compañeros cuando, al acabar la residencia, hace 17 años, les dijo que se iba a Estados Unidos a especializarse en inmunología tumoral. Por entonces, estimular las defensas del cuerpo para luchar contra el cáncer era considerado por la comunidad médica como un camino que no llevaba más que a una vía muerta.
Esa misma cara de sorpresa es la que, probablemente, hayan puesto algunos de aquellos colegas al ver los esperanzadores resultados de una nueva generación de fármacos que ayudan a que sea el propio cuerpo el que combata las células tumorales. Estos medicamentos, aún en desarrollo, tienen como objetivo impedir que las células cancerosas se escondan y escapen de las células del sistema inmune, los linfocitos. Con todas las reservas que hay que tomar en la lucha contra esta enfermedad tan compleja (o enfermedades, hay unas 200 distintas y cada paciente responde de forma diferente a cada una) ya hay quien habla de una nueva etapa frente al cáncer. “Los nuevos avances presentados constituyen en cierto modo una revolución en la estrategia para el tratamiento contra la enfermedad y, en algunos casos, marcará un antes y un después”, afirma César Rodríguez, secretario científico de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), quien asistió a la presentación de los resultados de algunas de estas terapias en el Congreso de la Sociedad Americana de Oncología Médica (ASCO) celebrado en Chicago hace unos meses.
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