Desde sus primeros ensayos clínicos, la pregunta seguía siendo: además de prevenir las formas sintomáticas de Covid-19, ¿las vacunas también evitan la propagación del virus? En Estados Unidos, un estudio del Centro de Control de Enfermedades (CDC) ofrece algunas respuestas alentadoras en este sentido.
Se realizó un seguimiento de cuatro mil personas vacunadas con una vacuna de ARN de Moderna y Pfizer/BioNTech. Catorce días después de la segunda dosis, el 90% de ellos fueron declarados completamente inmunes: el virus no puede pasar a través de ellos en absoluto. Por lo tanto, lógicamente, no pueden transmitirlo. El efecto también está presente tras la inyección de la primera dosis, aunque sea menor: afecta al 80% de los vacunados. Las implicaciones en términos de control de la epidemia son muy interesantes: cambia mucho las cosas si las personas vacunadas constituyen un muro a la propagación de la epidemia. Por ello, el CDC recomienda abrir la vacunación a todo el mundo. ...