MADRID, diciembre 3.
Un informe de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia insiste con reformar las leyes en ese país, para permitir instalación de nuevos mostradores, bajo la titularidad de otros profesionales. La escusa es mejorar el acceso a los medicamentos y la distribución en todo el país.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia de España (CNMC) presentó esta semana un informe sobre las medidas para mejorar la distribución minorista de fármacos en ese país, como son la apertura de nuevas farmacia y la ampliación de las titulaciones a otros técnicos competentes para la venta de medicamentos. “Existe un problema de información a nivel de paciente/consumidor en la compra de los medicamentos”, ha señalado el presidente de Competencia, José María Marín Quemada, lamentando que nadie del Ministerio de Salud y del colegio de farmacéuticos haya querido comentar el estudio.
La normativa actual prohíbe la integración vertical de las oficinas de farmacia con los laboratorios farmacéuticos y distribuidores mayoristas, mientras que la integración vertical, acompañada del propio funcionamiento del libre mercado y de los mecanismos de control existentes de la autoridad de competencia, “permitiría una mayor eficiencia en la actividad farmacéutica”, apuntaron. El resultado sería, según el estudio de Competencia, garantizar una mayor calidad, innovación, y menores costes de la actividad y, por tanto, un menor gasto público para el Estado y unos menores costes para los pacientes y consumidores.
Joan-Ramon Borrell, catedrático de la Universitat de Barcelona y el economista Miguel de la Mano argumentaron sobre la necesidad de promover enfoques liberalizadores en el sector farmacéutico. “La clave es la retribución”, dijo Borrell, refiriéndose a los excesivos ingresos de algunas farmacias que desincentiva la busqueda de productos más baratos. Una disfunción comercial que, según Borrell, se traduce en la permanencia de precios demasiado altos. De la Mano añadió que una mayor liberalización del sector favorecería que las farmacias ofrezcan nuevos servicios a los ciudadanos, además de la venta de medicamentos. Holanda y Gran Bretaña –donde no existen restricciones a las cadenas y algunos fármacos se pueden encontrar en los supermercados– son según estos expertos dos modelos a seguir.
Jorge Castilla, mediador de la asociación de defensa de los consumidores FACUA, recordó el “papel de las farmacias” a la hora de dirigir al consumidor en la selección del producto más adecuado. “De momento no hay llamamientos de los consumidores para modificar el modelo actual”, apuntó Castilla. Desde la CNMC recordaron la importancia de garantizar un servicio público en la venta de medicamentos, pero lamentaron indicando una silla vacía la ausencia de miembros del Ministerio de Sanidad.
Sanidad rechazó en octubre permitir la venta de medicamentos con receta por internet y la supresión de la obligatoriedad de estar colegiado, argumentado que, al no estar garantizada la asistencia profesional, ese tipo de prácticas podría representar un riesgo para la salud de las personas y fomentaría prácticas fraudulentas como la venta de medicamentos falsificados.