Como explica Mahmoud Salami, director de esta investigación publicada en la
revista «Frontiers in Aging Neuroscience», «en un trabajo previo ya
habíamos observado que el tratamiento con probióticos revertía el deterioro de
la memoria y del aprendizaje visual en ratas con diabetes, pero esta es
la primera vez que vemos que la suplementación con probióticos tiene un
beneficio sobre la cognición en seres humanos con deterioro
cognitivo».
Pero aún hay más. Hace ya tiempo que se planteó la posibilidad de que, dado
que parece haber una comunicación bidireccional entre la flora intestinal y el
cerebro a través del sistema nervioso, el sistema inmune y los circuitos
hormonales –lo que los científicos han denominado el ‘eje
microbiota-intestino-cerebro’–, los probióticos también potencien las funciones
cognitivas. No en vano, los estudios llevados a cabo con modelos animales
–ratones– han constatado que los probióticos no solo reducen los
síntomas de la depresión y la ansiedad, sino que también mejoran la memoria y el
aprendizaje. Y además de en los animales, ¿esto también sucede en los
humanos?.
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Más allá de la digestión
Ya se sabe que los probióticos –es decir, los alimentos que contienen microorganismos vivos con actividad intestinal– son eficaces a la hora de tratar distintas enfermedades del tracto digestivo, caso de las diarreas de origen infeccioso, el síndrome del intestino irritable, la enfermedad inflamatoria intestinal. Y asimismo, que ayudan a combatir las alergias, la periodontitis y los resfriados. Unos beneficios que, según sugieren los estudios, se explican por la relación que guarda esta flora intestinal con nuestro sistema inmune....