El descubrimiento, publicado este viernes en 'Nature Communications', puede utilizarse como una novedosa herramienta de diagnóstico para la enfermedad de Alzheimer, la forma más común de demencia para la que aún no se ha encontrado cura.
La investigación de Chen fue motivada por el reciente fracaso en los ensayos clínicos de prometedores fármacos para el Alzheimer que están siendo desarrollados por compañías farmacéuticas. "Se han invertido miles de millones de dólares en años de investigación previos a los ensayos clínicos de medicamentos de Alzheimer, pero no pasaron la prueba al empeorar de forma inesperada los síntomas de los pacientes", subraya Chen.
La investigación de esos medicamentos se dirigió a la característica ampliamente reconocida de los cerebros con Alzheimer: la acumulación de la pegajosa proteína amiloide conocida como placas, que puede causar la muerte de las neuronas en el cerebro. "La investigación de nuestro laboratorio y otros se ha centrado ahora en la búsqueda de nuevos objetivos farmacológicos y el desarrollo de nuevos enfoques para el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad de Alzheimer", resalta Chen.
"Hemos descubierto recientemente una concentración anormalmente alta de un neurotransmisor inhibidor en el cerebro de los pacientes fallecidos de Alzheimer", explica Chen. Él y su equipo vieron el neurotransmisor, llamado GABA (ácido gamma-aminobutírico), en células deformadas llamadas "astrocitos reactivos" en una estructura en el núcleo del cerebro conocida como giro dentado, que es la puerta de entrada al hipocampo, un área del cerebro crucial para el aprendizaje y la memoria.
El equipo de Chen descubrió que el neurotransmisor GABA esta drásticamente elevado en las versiones deformadas de las normalmente células alargadas en forma de estrella "astrocitos" en un individuo sano, rodeando y apoyando las neuronas individuales en el cerebro.
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