* El ex seleccionador nacional falleció a los 75 años de edad a causa de Leucemia .
* Jugador de Getafe, Oviedo Recreativo y Betis, entre otros, fue en el Atlético de Madrid donde se hizo grande, sobre todo con el gol al Bayern Múnich en la final europea de 1974 .
* Heredero del banquillo nacional tras la etapa de Iñaki Sáez, la remodelación del equipo nacional bajo su cargo comenzó dejando fuera a Raúl y terminó con el título de 2008 .
MARIO DÍAZ Madrid Actualizado: 01/02/2014 10:09 horas 25 A las 6.15 de la mañana Luis Aragonés ha fallecido en la clínica Cemtro de Madrid. Con 75 años, el 'sabio de Hortaleza', que no entrenaba desde 2009, deja tras de sí un legado inigualable para el fútbol español, un modelo, un estilo, una forma de entender el juego que con él en el banquillo sirvió para la Roja rompiera la maldición de cuartos y diera el primer paso hacia lo que es hoy en día, la mejor selección del mundo.
Durante seis minutos, el Atlético de Madrid fue campeón de Europa. Aquel gol de falta de Aragonés en el estadio de Heysel ante el Bayern Múnich de Franz Beckenbauer y Sepp Maier fue el momento de mayor gloria rojiblanca, el avance de lo que 'Zapatones' le daría al fútbol español, de lo que estaba por llegar. Con tres títulos de Liga y dos Copas del Rey en su palmarés como jugador del Atlético -antes pasó por Getafe, Real Madrid, Recreativo, Hércules, Úbeda, Oviedo y Betis-, su gran éxito llegó desde los banquillos.
Precisamente después de aquella final de la Copa de Europa -el Atlético perdió finalmente, aunque gracias a la renuncia del Bayern se proclamaría campeón de la Intercontinental-, al comienzo de la temporada 1974-75, el Atlético le ofreció el banquillo y, a pesar de haber jugado 10 partidos, no declinó la oferta, quizás la de mayor trascendencia para el fútbol español.
Atlético, Betis, Barça, Espanyol, Sevilla... Y así hasta nueve clubes, sumando una Liga, cuatro Copas del Rey, una Supercopa e, incluso, un ascenso a Primera. Así hasta la selección nacional, en 2004, donde toda España comprendió la devoción que le profesaba el Vicente Calderón.
Luis Aragonés, con la Eurocopa en 2008.
Sustituyendo a Iñaki Sáez como seleccionador, Aragonés, que prometió abandonar el puesto si no alcanzaba las semifinales del Mundial de Alemania, en 2006, se mantuvo en el cargo tras la derrota ante Francia en octavos y acometió una remodelación del equipo nacional en la que se enfretó a auténticos retos. Suya fue la decisión de dejar fuera a Guti, a Cañizares, a Raúl... ¡A Raúl! Suya fue la decisión y el tiempo le dio la razón.
Manteado por todos sus jugadores en el estadio Ernst Happel de Viena tras aquel gol de Fernando Torres, después de que España alcanzase la gloria europea por segunda vez, Aragonés decidió poner punto y final a su trayectoria como seleccionador. El trabajo estaba hecho, dejaba un equipo campeón y el sello de un fútbol diferente, único, en un equipo con potencial y futuro por delante.
Mientras Vicente Del Bosque amoldaba la herencia y convertía a España en campeona mundial, Zapatones se fue a Turquía, donde entrenó al Fenerbahçe de Estambul. Sería su último destino como entrenador. En 2009 lo dejó y aunque hace pocos meses negaba que tuviera intención de retirarse, que aún le quedaban fuerzas para seguir en los banquillos, las fuerzas ya le habían abandonado. Igual que hoy él ha dejado huérfano al fútbol español.