El síndrome de Asperger, que tiene la joven activista climática sueca, Greta Thunberg, al igual que el autismo, no es una enfermedad, sino un trastorno que se engloba dentro del espectro autista (TEA).
Se caracteriza por provocar dificultad para la interacción social, rutinas y conductas repetitivas en quienes lo padecen. Además, los individuos con Asperger, pueden tener peculiaridades en el habla, como un uso de un lenguaje muy formal o monótono; en los gestos o en el movimiento. Asimismo, algunos pueden destacar por sus capacidades intelectuales y otros pueden obsesionarse por temas específicos, llegando a convertirse en verdaderos maestros reconocidos por ello.