Pilar García recuerda medio en broma que su marido intentó echarle la culpa de la amenaza que sus hijos llevan dentro. Todos, dos chicos y una chica, comparten una variante genética hereditaria que puede provocar un tipo de tumor extremadamente raro. La ciencia demostró que el origen del mal estaba en su marido, pero también que nadie tenía la culpa. La mutación surgió por azar hace, probablemente, muchas décadas. Pilar se plantea también si, de haber sabido que ella o su marido portaban la mutación, habría tenido a sus hijos. “Si lo llego a saber no los habría tenido”, susurra. “O sí, porque qué habríamos hecho sin estas joyas”, rectifica. ...