España será el territorio más envejecido del mundo, con un 40% de la población por encima de los 65 años, según la OCDE. Incluso ya se habla, sin temor a equivocarse, de que la mitad de las niñas que nazcan este año o en 2019 en Europa, vivirán más de 100 años. Pero si no nos lo creemos, algunos investigadores apuntan a que uno de cada dos personas mayores de cuarenta años vivirán hasta los 95 años.
Esto significa que el nivel de vida ha aumentado y el debate sobre el envejecimiento de la población irrumpe con fuerza en la sociedad y a la vez, supone uno de los retos más importante que debe abordar el Gobierno español ya que las previsiones apuntan a que el sistema de bienestar va a desaparecer.
Según el INE, España se encuentra en alerta. El declive demográfico se acelera en el primer semestre de 2018, cuando se han registrado cifras récord de defunciones y mínimas de nacimiento.
La parte positiva, es que la longevidad va a permitir que millones de personas sigan trabajando o consumiendo, lo que significa que va a nacer nuevas industrias para atender a las necesidades de la gente mayor donde nuevos emprendedores van a encontrar nuevas oportunidades de negocio vinculados a este colectivo como salud, ocio, educación, tecnología, seguros, finanzas o urbanismo ...