Zelnova gana peso en la estrategia del grupo, que presentará a sus accionistas un plan recalibrado para atacar el mercado oncológico.
M. SÍO DOPESO // VIGO / LA VOZ - 26/06/2018 .
Hace ahora un año, Pharmamar se presentó en Vigo ante sus accionistas con una cartera llena de prometedores fármacos, y al menos uno de ellos, Aplidin, con inminentes expectativas comerciales. El 2017 iba a ser un gran año, pero resultó ser inesperadamente pésimo para el grupo de origen gallego, aunque la matriz tiene su sede en Madrid.
La compañía que preside José María Fernández Sousa es consciente de que no atraviesa su mejor momento, y llega a Vigo este jueves sabedora de que los decepcionados accionistas tendrán más de una cosa que decir al respecto.
Por eso, la biotecnológica acudirá al encuentro anual con unos planes recalibrados forzosamente tras el fracaso de Aplidin, al que las autoridades sanitarias europeas negaron licencia de venta; y de Zepsyre, que no logró los resultados esperados en los ensayos con pacientes.
Apuesta segura
Pharmamar quiere ir sobre seguro, y para esa estrategia se amarrará fuerte a su infalible división química, que tiene su sede en O Porriño (Pontevedra).
ZelnovaZeltia es el origen de todo lo que hoy es Pharmamar. Una apuesta segura que le ha permitido seguir generando ingresos seguros, mientras la división biotecnológica comenzó a zambullirse en el mar en busca de medicamentos contra el cáncer.
Esta línea de negocio no ha parado de crecer: cerró el 2017 con un incremento de la facturación de un 2 % y más de 54 millones de euros de ventas consolidadas, lo que supone un tercio del total del grupo. De ahí que los objetivos estratégicos que Pharmamar presentará el día 28 para Zelnova Zeltia se centren en potenciar las principales marcas de la empresa (Kill Paff, Baldosinín o Casa Jardín); y sobre todo en el crecimiento internacional, apostando especialmente por los mercados europeos.
Recuperar confianza
La confianza en los ingresos de la filial gallega es un pilar básico para el rearme del grupo en su ofensiva con nuevos productos.
La compañía de Fernández Sousa quiere recuperar la ilusión perdida tras los fiascos de Aplidin y Zepsyre, que han supuesto que Pharmamar deje de ingresar aproximadamente 45 millones de euros, según los cálculos realizados a partir de las valoraciones de los analistas.La compañía se encuentra entre las cuatro empresas del mercado de valores que más caen en el 2018, con recortes superiores al 30 %, y necesita urgentemente catalizadores para enderezar el rumbo y salir de esta situación.
Hay que tener en cuenta que para la biotecnológica es de vital importancia conseguir la comercialización de un compuesto.
Yondelis, el único antitumoral en el mercado, representa ya el 53 % de los ingresos, pero su aprobación fue en el año 2009.Para recuperar esa ilusión, el nuevo gancho de Pharmamar seguirá siendo el Zepsyre, pero para cáncer de pulmón.
En la junta de este jueves, el grupo presentará el nuevo programa con el que trabaja para su comercialización. Los ensayos en pacientes están siendo muy satisfactorios, tal y como demostró en el congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica.
Sus previsiones de ventas, si salen, dan vértigo: superan los 1.000 millones de euros al año.
Diversificar el riesgo es parte de la estrategia de Pharmamar.
El grupo avanza en el desarrollo de medicamentos contra el cáncer, al tiempo que abre nuevas vías de negocio.
De momento, apura los plazos para entrar en el mercado de la oftalmología.
La filial Sylentis, participada al 100 % por Pharmamar, tiene ya en su última fase de investigación el que sería el primer medicamento para tratar la patología más frecuente en las consultas de los oftalmólogos, el síndrome del ojo seco.
El producto arranca con inmejorables previsiones de mercado, ya que la incidencia de la patología es alta, afecta a más de 300 millones de pacientes en el mundo, y en España al 20 % de la población. Dice el grupo farmacéutico que en los nueve principales mercados las ventas de fármacos no específicos para tratar el ojo seco fueron de 2.200 millones el año pasado.
Estados Unidos se llevó un 58,9 % de las ventas.
Por el ritmo de vida actual, los laboratorios esperan un crecimiento bastante importante en los próximos 10 años, «porque va a haber más pacientes y, además, se están desarrollando nuevos productos que van a tirar más del mercado», dice el grupo.
Tanto es así que, en la próxima década, el negocio se va a duplicar, llegando a más de 4.000 millones de dólares a nivel mundial, según la empresa.
«Una estimación realista sería que nuestro producto podría alcanzar alrededor de un 15 % de la cuota de mercado» explica la compañía.