Las declaraciones de la Policía refiriéndose al Minerval como un placebo y también de la oncóloga de Son Espases que destapó el supuesto fraude en la venta de este producto, Sefa Terrasa, que lo tildó de fraude, han generado un profundo malestar entre el sector médico y científico que han llevado a cabo el ensayo clínico de este producto en investigación.
«El Minerval no es un placebo», aclaran fuentes cercanas al estudio clínico que se está realizando con pacientes con cáncer en fase terminal en hospitales de España y Reino Unido, y explican que en este tipo de ensayos clínicos oncológicos no está permitido éticamente el tratamiento con placebo.
En el primer ensayo del Minerval no se empleó ningún placebo y en ensayos posteriores el comparador nunca es un placebo, sino el tratamiento estándar (en caso del glioma la radioterapia, cirugía y temodal), aclaran las mismas fuentes.
Diferente es un ensayo clínico en otras enfermedades menos graves, donde suele haber dos productos en estudio: el medicamento en investigación (verum) y un placebo que se sabe que no produce efecto.
«Por ello, el medicamento en investigación es precisamente lo contrario de un placebo. Y por ello, el Minerval no es un placebo».
El Minerval contiene el hidroxioleico, la molécula diseñada por el catedrático Pablo Escribá y patentada por la Universitat de les Illes Balears (UIB).
Se trata de una «medicina en investigación» (investigational medicinal product, IMP) que ha completado una fase I/IIa, cuya eficacia se ha estado probando en pacientes con tumores muy avanzados de hospitales del País Vasco, Cataluña y Reino Unido, a los que ningún tratamiento les funcionaba. En dicho ensayo han participado prestigiosos oncólogos como Jordi Rodon (Vall d'Hebron), Roger Stupp (actualmente en el Northwestern Memorial Hospital) y Johann de Bono (Royal Marsden).
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