Los medicamentos extraídos de la vida marina permiten combatir enfermedades gracias a la biodiversidad existente .
Magazine 02.09.2016 |
Si tiene la fortuna de estar en la playa y levanta la mirada de este artículo verá el que está considerado el laboratorio farmacéutico más potente que existe. El mar. Desde que al primer ser humano le dolió la cabeza o sufrió un ataque de lumbago, se han buscado remedios en la naturaleza. Es el caso de la aspirina, sin ir más lejos, cuyo origen está en la corteza del sauce. Claro está que, si hay que comprar una caja de analgésicos, se va a la farmacia más cercana. Del mismo modo, los científicos han ido a selvas o montañas en busca de sustancias naturales de plantas o animales. Mucho más sencillo y barato que buscar en la inmensidad del mar.
Pero el mar es muy atractivo como fuente de fármacos. “Ocupa las tres cuartas partes del planeta y la mayor parte está inexplorada”, recuerda Conxita Àvila, profesora en la facultad de Biología de la Universitat de Barcelona. Aunque lo que convierte al medio marino en un laboratorio tan eficiente es que los organismos deben adaptarse a ambientes muy extremos. “Eso genera una biodiversidad mucho más variada que la que hay en la superficie terrestre”, apunta Àvila. Ésa es la clave: la biodiversidad.
El fondo marino dispone de importantes recursos, pero es laborioso conseguirlos
“Cuanta más variedad de vida, más especies interaccionan y más moléculas diferentes hay”, señala Àvila. Hay que tener en cuenta que la vida se originó en el mar y que allí hay muchos más grupos de animales que en el medio terrestre. Los organismos marinos deben combatir multitud de depredadores y resistir la elevada presión atmosférica que hay bajo el agua. Exigencias que les obligan a desarrollar armas para sobrevivir. Y las moléculas que producen para lograrlo son el objetivo de los científicos.
“Buscamos en los ambientes marinos más raros y diversos, con la esperanza de dar con organismos diferentes que produzcan moléculas distintas a las que conocemos”, explica Fernando Reyes, jefe del departamento de Química de la Fundación Medina. Moléculas que podrían tener efectos beneficiosos para combatir patologías.
Yondelis, Prialt y Halaven, medicamentos ya aprobados
A pesar de que el laboratorio del mar no cierra nunca, hoy en día sólo existen unos pocos fármacos de origen marino. La búsqueda de medicamentos bajo el agua comenzó en la década de 1960, pero es un proceso complejo y costoso. De todas formas, los medicamentos marinos ya aprobados permiten combatir enfermedades tan graves como el cáncer. Uno es Yondelis, un agente antitumoral descubierto en la especie marina tunicado colonial Ecteinascidia turbinata. El fármaco se emplea en el tratamiento del sarcoma y el cáncer de ovario y se investiga su uso para el de mama y el cáncer infantil.
Pero el mar es muy atractivo como fuente de fármacos. “Ocupa las tres cuartas partes del planeta y la mayor parte está inexplorada”, recuerda Conxita Àvila, profesora en la facultad de Biología de la Universitat de Barcelona. Aunque lo que convierte al medio marino en un laboratorio tan eficiente es que los organismos deben adaptarse a ambientes muy extremos. “Eso genera una biodiversidad mucho más variada que la que hay en la superficie terrestre”, apunta Àvila. Ésa es la clave: la biodiversidad.
El fondo marino dispone de importantes recursos, pero es laborioso conseguirlos
“Cuanta más variedad de vida, más especies interaccionan y más moléculas diferentes hay”, señala Àvila. Hay que tener en cuenta que la vida se originó en el mar y que allí hay muchos más grupos de animales que en el medio terrestre. Los organismos marinos deben combatir multitud de depredadores y resistir la elevada presión atmosférica que hay bajo el agua. Exigencias que les obligan a desarrollar armas para sobrevivir. Y las moléculas que producen para lograrlo son el objetivo de los científicos.
“Buscamos en los ambientes marinos más raros y diversos, con la esperanza de dar con organismos diferentes que produzcan moléculas distintas a las que conocemos”, explica Fernando Reyes, jefe del departamento de Química de la Fundación Medina. Moléculas que podrían tener efectos beneficiosos para combatir patologías.
Yondelis, Prialt y Halaven, medicamentos ya aprobados
A pesar de que el laboratorio del mar no cierra nunca, hoy en día sólo existen unos pocos fármacos de origen marino. La búsqueda de medicamentos bajo el agua comenzó en la década de 1960, pero es un proceso complejo y costoso. De todas formas, los medicamentos marinos ya aprobados permiten combatir enfermedades tan graves como el cáncer. Uno es Yondelis, un agente antitumoral descubierto en la especie marina tunicado colonial Ecteinascidia turbinata. El fármaco se emplea en el tratamiento del sarcoma y el cáncer de ovario y se investiga su uso para el de mama y el cáncer infantil.
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