En un nuevo estudio se ha llegado a la conclusión de que un fármaco psiquiátrico del que se ha venido afirmando que ofrece un tratamiento seguro y efectivo para la depresión en adolescentes es en realidad ineficaz y está asociado con efectos secundarios graves.
El equipo de Jon Jureidini, de la Universidad de Adelaida en Australia, reexaminó un ensayo clínico conocido como “Study 329” (“Estudio 329”). En dicho ensayo se evaluó la eficacia y seguridad del fármaco paroxetina (paroxetine), comercializado con nombres como Aropax, Paxil, Seroxat y otros, en comparación con los efectos experimentados por un grupo de adolescentes diagnosticados con depresión grave a quienes se les administró un placebo.
Se anunció en 2001 que el Estudio 329, financiado por SmithKline Beecham (ahora GlaxoSmithKline), había mostrado que la paroxetina era efectiva y segura para tratar la depresión en adolescentes. Sin embargo, el nuevo reanálisis no ha mostrado ventajas asociadas con tomar paroxetina y además ha demostrado la existencia de preocupantes efectos adversos.
“Aunque ya se habían puesto de manifiesto dudas sobre el Estudio 329, y sobre la forma en que se había difundido, no se habían previamente puesto datos a disposición de los investigadores, y los profesionales de la salud no pudieron identificar todos los errores del informe publicado”, explica el profesor Jureidini. “No fue hasta que los datos estuvieron disponibles para su revisión, cuando se hizo evidente que la paroxetina aparecía relacionada con reacciones adversas graves, con 11 de los pacientes que tomaban paroxetina adoptando comportamientos suicidas o de autolesión, en claro contraste con la cifra de tan solo una persona en el grupo de pacientes que tomó el placebo. Nuestro estudio revela asimismo que la paroxetina no era más efectiva a la hora de aliviar los síntomas de la depresión que un placebo”.