Lizzie Crouch // BBC // 9-03-2015 .
Difícilmente pasa un día sin que algún tipo de alimento o bebida sea incluido en la lista de causantes de cáncer.
Sin embargo, no sólo lo que se consume puede tener una relación con la enfermedad, sino también la misma enfermedad puede alterar el sabor o gusto por ciertas comidas.
Muchos pacientes comentan sobre el sabor metálico de las comidas, o cuentan que su taza diaria de café o té no sabe en absoluto a lo que sabía antes.
Para otros, la situación puede ser peor: pueden sufrir una resequedad en la boca y o se les forman úlceras que provocan que comer sea algo realmente doloroso.
Cambio de gustos
La acidez es uno de los sabores más afectados por el cáncer y sus diversos tratamientos, lo cual hace que muchas comidas y bebidas sean realmente desagradables.
El cambio de gustos obedece a muchas razones como el daño a las papilas gustativas o, incluso, el efecto que tiene la enfermedad en el sentido del olfato, el cual está estrechamente ligado a la detección de sabores",
Los cambios en el gusto obedecen a muchas razones como el daño a las papilas gustativas o, incluso, el efecto que tiene la enfermedad en el sentido del olfato, el cual está estrechamente ligado a la detección de sabores.
El sabor metálico surge cuando los fármacos de la quimioterapia llegan hasta la saliva y afectan las papilas gustativas.
La doctora Clare Shaw, especialista en nutrición del Hospital Royal Marsden, en Londres, editó un libro titulado "The Royal Marsden Cancer Cookbook" (El Libro de Cocina para Cáncer del Hospital Royal Marsden), que contiene consejos y recetas para disminuir los efectos de la enfermedad en los sabores.
En el libro recomienda qué tipo de comida puede ser más gustosa, conservando un balance de nutrientes para los pacientes durante o después de los tratamientos contra el cáncer.
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