EL PERIÓDICO // BARCELONA . Lunes, 5 de mayo del 2014 .
La presencia de nódulos duros en el tejido mamario es uno de los síntomas que indican la posible existencia de un tumor de mama incipiente. Se trata de un efecto que se puede identificar mediante la palpación, y que constituye ahora mismo un dato fundamental a la vista de que la formación de tumores está asociada al endurecimiento del tejido.
Controlar esta rigidez sería muy importante para combatir los tumores de mama, pero también en muchos otros tipos de cáncer, en cuyos casos también se produce un endurecimiento anormal del tejido. Esta es la conclusión a la que han llegado investigadores del Institut de Bioenginyeria de Catalunya (IBEC), responsables de un estudio que ha contado con el apoyo de la Obra Social de La Caixa y que podría contribuir decisivamente a la lucha contra el cáncer.
Hasta ahora se desconocía cómo las células son capaces de detectar la rigidez del tejido, y por qué reaccionan de forma distinta ante la rigidez en función de si las condiciones son sanas o tumorales. Los investigadores del IBEC han demostrado con su estudio qué papel cumplen las moléculas que las células utilizan para adherirse a su entorno, denominadas integrinas. Son las que permiten a las células detectar y adaptarse a la rigidez del tejido. Y, como se verá, hacerlo de forma diferente en los casos en los que hay tumor y en los que no.
...