Escrito por: R. Romar . Redacción / la voz 20 de abril de 2014 .
Podría decirse que fue una operación relámpago. El paciente entró en quirófano sobre las ocho de la tarde de un viernes para una cirugía mayor, la extirpación del lóbulo medio del pulmón afectado por un tumor, y a las 36 horas ya se encontraba en el domicilio tras una recuperación espectacular. Su favorable evolución no fue, sin embargo, lo más llamativo de una intervención que se ha convertido en pionera en el mundo, sino el hecho de que confluyeran por primera vez dos técnicas innovadoras en la práctica de una lobectomía: la apertura de una mínima incisión en el tórax de poco más de 2,5 centímetros -el procedimiento denominado single port- para extraer el lóbulo y la administración de una anestesia local que se limitó única y exclusivamente a la zona de la herida y a los nervios intercostales. O, lo que es lo mismo, el paciente respiraba por sí mismo durante todo el proceso. A los pocos minutos de salir del quirófano ya hablaba con sus familiares en la sala de reanimación y respiraba con normalidad. Ni necesitó oxígeno ni tenía dolor.
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