Sabía usted que comer almendras puede ayudarle a mantener su peso a raya; que las nueces de Brasil pueden hacerle más fértil; que los cacahuetes le alejan del cáncer y que los anacardos benefician a su futuro hijo durante los meses de gestación? La Universidad de Harvard acaba de dejar claro que comer frutos secos -con moderación, eso sí- ayuda a mantener nuestro cuerpo más sano y además más bello. No sólo mejoran la salud de la sangre, del corazón, de huesos y dientes, sino que además hacen que nuestra piel brille más y luzca más tersa.
El estudio, el más ambicioso que se ha hecho nunca -a lo largo de 30 años; con 119.000 hombres y mujeres analizados-, constata que la tasa de mortalidad de quienes comen con frecuencia frutos secos es hasta un 20% inferior que la de las personas que nunca los prueban. Además, un informe ha desmentido esta semana una leyenda sobre este grupo de alimentos: comer frutos secos durante el embarazo no sólo no provoca alergias al bebé, sino que le protege de desarrollarlas.
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