Un equipo de científicos dirigidos por Paul S. Mischel, del Instituto Ludwig para la Investigación del Cáncer y de la Universidad de California, ha descubierto que las células de cáncer cerebral son capaces de resistir a la terapia desactivando la mutación génica a la que van dirigidos los medicamentos y, cuando la terapia deja de tener su efecto, vuelven a amplificar dicha mutación.
"Este hallazgo –señala Mischel− tiene importantes implicaciones clínicas ya que si sabemos que las células cancerosas pueden evadir la terapia por un mecanismo de ‘esconderse y aparecer ’ podremos refinar las terapias para que ellos se traduzca en mejores resultados para los pacientes".
Las nuevas terapias oncológicas están dirigidas a las distintas mutaciones genéticas que permiten identificar a las células cancerosas y así eliminarlas. Por desgracia, en los últimos años se han identificado también una serie de "mecanismos de resistencia", que mantienen las señales promotoras del crecimiento del cáncer y que eluden a los medicamentos.
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