El portavoz del PSOE, Jaime Lissavetzky, critica que su construcción costó 3 millones y nunca se utilizó por falta de personal .
«El Ayuntamiento invirtió aquí 3 millones de euros, pero cuando finalizaron las obras en 2011 no hubo dinero ni para equipamientos ni para personal, así que nunca se ha podido usar».
El efecto del paso del tiempo y la falta de vigilancia, junto con un comportamiento claramente vandálico, ha dejado al centro en un estado de deterioro brutal. con cristales rotos, pintadas en las paredes, marcos de las ventanas arrancadas y lleno de suciedad y escombros. «Es -asegura Lissavetzky- la metáfora del gobierno de Ana Botella: dejación en sus obligaciones para con las necesidades de los vecinos; derroche, porque parece no importarle el dinero invertido; y desprecio por las personas que necesitan urgentemente de los servicios municipales».
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