Desarrollar un nuevo fármaco contra el cáncer puede llevar entre 10 y 17 años con un coste superior a los 800 millones de euros. Una vía más rápida para encontrar nuevos tratamientos contra la enfermedad consiste en descubrir potencial antitumoral en viejos fármacos ya autorizados para otras enfermedades. Es el caso de la metformina, uno de los antidiabéticos más populares.
Hace algunos años que se conoce la relación entre el cáncer y ciertas alteraciones metabólicas, implicadas también en la obesidad y la diabetes. Por eso, cada vez son más los estudios que tratan de demostrar la eficacia del antidiabético en pacientes con cáncer.
España , sin ir más lejos, lidera un estudio internacional sobre el uso de metformina (combinada con quimioterapia y trastuzumab) en pacientes con cáncer de mama.
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