... Resulta que la información que se dio al salir al mercado no se ajustaba a la realidad, y eso lo sabían, tanto el Gobierno, como el Banco de España. También lo sabía el entonces presidente de la entidad, que ha resultado ser un bluf.
No se trata pues de crédulos clientes, a los que se pueda echar por la borda, aunque no se descarta que lo hagan. Si lo hizo Jordí Pujol con los de Banca Catalana, sin que perdiera ni un ápice de crédito, ¿por qué no lo puede hacer el gobierno de Rajoy? .
En realidad, se trata de contribuyentes que confiaron en las instituciones españolas y sin los cuales el descalabro de Bankia hubiera sido mayor. No es nada correcta la propuesta de que se haga pagar a quienes ninguna culpa tienen del desaguisado llevado a cabo por otros.
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