Organización Editorial Mexicana
10 de febrero de 2012
Goldman Sachs podría ser una pieza clave en la crisis griega .
Carlos Siula / Corresponsal de El Sol de México
París, Francia.- ¿La crisis de la deuda griega estalló porque el exprimer ministro Giorgios Papandreu le cerró la puerta a Goldman Sachs? Esa es, en todo caso, la teoría que enuncian algunos economistas iconoclastas o historiadores de la economía como Paul Jorion, Marc Roche o Michael Lewis.
En octubre de 2009, apenas unos días después de la victoria electoral de Giorgios Papandreu, una delegación de Goldman Sachs viajó a Atenas para proponerle un plan destinado a reestructurar la deuda griega.
El flamante primer ministro, según esa versión, rehusó la propuesta, argumentando que una alta ejecutiva del banco -la griega Antígona Ludiadis- había mancillado el honor del país con sus artilugios de contabilidad creativa para disimular la deuda pública.
Pocas semanas después, Papandreu abrió discretas conversaciones con las autoridades de la Unión Europea (UE) para negociar un plan de rescate en forma discreta.
Pero ese proceso fue torpedeado el 15 de febrero de 2010 mediante un artículo hostil publicado por Otmar Issing en el influyente periódico económico "Financial Times".
* Un secreto para iniciados
Esa opinión no era insignificante porque Issing había sido miembro del Consejo de Administración de la Bundesbank y economista jefe del BCE. Pero omitió precisar que en ese momento -y aún ahora- era consejero internacional de Goldman Sachs.
Sólo los iniciados, esos que la justicia definen como "inside trader", podían olfatear el secreto de esa maniobra: el departamento de "trading" del banco, que había apostado a la baja del euro, corría el riesgo de sufrir grandes pérdidas en caso de una intervención de la UE, capaz de provocar un aumento de la moneda europea.
Ese episodio muestra con claridad la influencia que alcanzó Goldman Sachs en Europa desde que desembarcó en el viejo continente, hace más de 15 años.
* El director de orquesta
El artífice de la implantación de GS en Europa fue Peter Sutherland, que desde 1995 dirige Goldman Sachs International, la filial basada en Londres.
Ese irlandés de 66 años es uno de los hombres más influyentes de Europa y un hombre clave de las relaciones financieras entre ambas orillas del Atlántico. Fue comisario europeo de Competencia de 1985 a 1989, de 1989 a 1993 dirigió el Allied Irish Banks, fue director general del GATT y de la OMC de 1993 a 1995, y presidente de British Petroleum (BP) de 1997 a 2009. También integró hasta 2005 el directorio de Investor AB e integró el consejo de administración de Alibaba.com, el sitio chino más importante de comercio en línea para empresas. Desde 2006 preside el consejo de la prestigiosa School Economics of London y también integra el Consejo Internacional de IESE, la eminente escuela de negocios de la Universidad de Navarra en España.
Paralelamente, presidió la sección Europa de la Comisión Trilateral (2001-2010), uno de los círculos más influyentes de las finanzas mundiales, y es miembro del Comité de Dirección del grupo Bilderberg.
Su operación más ambiciosa de los últimos años fue hacerse cargo del capítulo europeo del Transatlantic Policy Network (Consejo Económico Transatlántico), un poderoso instituto que funciona en ambas orillas del Atlántico con el objetivo de promover la creación de un bloque euroatlántico capaz de "actuar en todas las áreas" para mejorar la integración entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE). El primer paso de ese ambicioso objetivo consiste en "armonizar las reglamentaciones y normas", paso clave para facilitar la implantación de empresas de Estados Unidos en Europa y viceversa.
* La masonería de GS
Peter Sutherland es el personaje central de la llamada trama europea de Goldman Sachs o, como prefiere decir el autor Marc Roche, de la "masonería de GS en Europa".
Durante años, uno de los hombres clave de su equipo fue el italiano Mario Draghi, actual presidente el Banco Central Europeo (BCE). Antes de ocupar ese cargo crucial en la galaxia de la zona euro, desde 2000 a 2006 fue vicepresidente para Europa de GS International a cargo de fusiones y adquisiciones transfronterizas, y de empresas y países soberanos. Como responsable de esa posición estratégica, una de sus misiones consistió en vender el producto financiero "swap" que le permitió a Grecia maquillar su contabilidad para disimular una parte de su deuda soberana. Draghi, sin embargo, desmintió haber participado en esas operaciones.
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