ALBERTO PAYO // 2 FEB. 2019 .
Vivimos en una sociedad en la que algunas marcas nos lanzan el mensaje de que debemos eliminar y combatir hasta las arrugas y signos de expresión -muestras de nuestro carácter y huellas de nuestras vivencias y experiencias- y en la que las cicatrices aún continúan siendo un tabú. Afortunadamente, eso está cambiando. Las redes sociales están sirviendo como plataforma para que su existencia y exhibición se normalice y todo el mundo pueda mostrar sus heridas de guerra sin complejos y sin miedo. Porque enseñar el dolor es una gran lección de vida y también esconde belleza.
Marianne Duquette Cuozzo es una artista que está contribuyendo a que todas aquellas mujeres que han sufrido cáncer de mama y se han visto sometidas a una operación de mastectomía puedan exhibir sus cicatrices con orgullo. En su cuenta de Instagram comparte fotos suyas con el torso al descubierto y pinturas de su creación, que representan de manera alegórica la pérdida de uno o los dos pechos.
Marianne fue diagnosticada con un linfoma de Hodgkins por primera vez hace más de 25 años y el arte se convirtió para ella una ventana terapéutica. "Entonces no conocía a nadie que tuviera cáncer y tampoco tenía acceso a ordenadores, y mucho menos a Internet. Estaba sola. Afortunadamente, crecí en un hogar artístico y el arte siempre fue mi salida", cuenta a FCINCO. Su estilo en aquellos años era bastante diferente al que muestra hoy en día. "En aquel entonces mi trabajo era grande, lleno de enfado y oscuro", asegura. Aquellas imágenes hechas con carbón vegetal estaban llenas de rabia. ...