P.D. : Son tantas las sustancias que funcionan en ratones y luego tras 15 o 20 años de ensayos clinicos fracasan ... ojala esta tenga exito ... veremos . De todas formas explicar que hay unas cuantas sustancias que estan en ensayos clinicos y que han mostrado actividad frente al Alzheimer ... una de ellas El Nypta de Noscira que ya esta en plena Fase IIb y que por tanto si tuviera exito la podríamos ver en el mercado en un plazo de 3 /5 años ... como sabemos la enfermedad afecta a más de 26 millones de personas y sin tratamiento alguno ... por poner cifras se podría hablar de unos ingresos de 4.000 millones ...
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J147 es una droga para no olvidar; y mucho más. De hecho, es la primera sustancia en conseguir detener los avances del Alzheimer en roedores, esa atemorizante enfermedad que implica un decaimiento creciente de las funciones cerebrales y que ya todos conocemos más o menos bien de forma directa o indirecta. La pérdida de la memoria en la persona es uno de los síntomas más relevantes y los daños en el área van deteriorando otros, desde hablar hasta comer. Tristemente, el Alzheimer es aún una de las diez causas mayores de muerte en el mundo y no hay forma todavía de prevenir, curar o desacelerar la enfermedad.
El desconocimiento en todas esas zonas vitales emerge de no saber aún cómo se origina. Su desarrollo causa la muerte de las células nerviosas y el tejido por todo el cerebro que se encoge de forma severa en el hipocampo, un lugar vital en las memorias, pero también se encoge la corteza y los ventrículos. Placas anormales de fragmentos de proteínas se acumulan entre las neuronas pero se desconoce qué origina esta formación, aunque las placas son indicadas como las productoras de la muerte neuronal.
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16 diciembre 2011
Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona ha logrado que se quede embarazada una mujer de 20 años que carece del órgano esencial del aparato reproductor.
La paciente, a quien se le extirparon ambos ovarios hace 10 años tras serle detectados sendos tumores, se halla encinta después de que los médicos le implantaran el tejido ovárico que le extrajeron durante el tratamiento contra el cáncer. “Es el primer caso en el mundo en que una mujer sin ovarios tendrá un hijo”, ha asegurado este mediodía el doctor Justo Callejo, responsable del servicio de ginecología del hospital Sant Joan de Déu, en la presentación del logro médico.
El trasplante de tejido ovárico extraído previamente a una mujer que ha visto dañado sus ovarios por un cáncer es poco habitual, pero no inédito. Actualmente viven en el mundo 13 bebés gracias a esta técnica, pero ninguna de estas pacientes mostraba un aparato reproductor mermado por carecer de ambos ovarios. “Estos avances permiten que la extirpación de ovarios no dañe de forma irreversible el aparato reproductor femenino”, ha detallado Callejo.
La mujer perdió el ovario izquierdo hace una década por culpa de un tumor que requirió la extirpación total de esta parte del órgano. Un control ecográfico realizado meses después detectó otro tumor en el ovario derecho. Antes de extirparlo, los médicos lograron extraerle tejido ovárico sano y lo conservaron congelado para que la paciente, que entonces tenía solo 10 años, pudiera intentar tener hijos en el futuro si esta lo deseaba. Congelar tejido ovárico resulta más viable para preservar la fertilidad que congelar directamente óvulos y, además, es la única vía posible para niñas que todavía no han empezado el ciclo menstrual.
El tejido ovárico permaneció una década en el banco de sangre y tejidos del hospital hasta el pasado junio, cuando la mujer manifestó al equipo médico su deseo de ser madre. Los cirujanos procedieron a implantarle aquel tejido: practicaron dos pequeñas incisiones, una a cada lado del útero y en una zona lo más próxima posible a la ubicación natural de los ovarios extirpados. Después introdujeron en cada uno fragmentos del tejido ovárico de la paciente que habían descongelado previamente.
Se trata de una técnica ya utilizada en otros países, pero el hospital de Sant Joan de Déu incorporó al tejido una serie de factores de crecimiento que extrajeron de la sangre de la paciente. Esta innovación favorece reiniciar el riego sanguíneo del propio tejido tras haber sido congelado. Cuatro meses más tarde, la paciente presentó los primeros indicios de actividad ovárica y al mes siguiente tuvo la primera menstruación espontánea. Fue la señal que esperaba el equipo médico para iniciar el proceso de fecundación in vitro, que ha culminado con éxito con el embarazo de la mujer.
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El trasplante de tejido ovárico extraído previamente a una mujer que ha visto dañado sus ovarios por un cáncer es poco habitual, pero no inédito. Actualmente viven en el mundo 13 bebés gracias a esta técnica, pero ninguna de estas pacientes mostraba un aparato reproductor mermado por carecer de ambos ovarios. “Estos avances permiten que la extirpación de ovarios no dañe de forma irreversible el aparato reproductor femenino”, ha detallado Callejo.
La mujer perdió el ovario izquierdo hace una década por culpa de un tumor que requirió la extirpación total de esta parte del órgano. Un control ecográfico realizado meses después detectó otro tumor en el ovario derecho. Antes de extirparlo, los médicos lograron extraerle tejido ovárico sano y lo conservaron congelado para que la paciente, que entonces tenía solo 10 años, pudiera intentar tener hijos en el futuro si esta lo deseaba. Congelar tejido ovárico resulta más viable para preservar la fertilidad que congelar directamente óvulos y, además, es la única vía posible para niñas que todavía no han empezado el ciclo menstrual.
El tejido ovárico permaneció una década en el banco de sangre y tejidos del hospital hasta el pasado junio, cuando la mujer manifestó al equipo médico su deseo de ser madre. Los cirujanos procedieron a implantarle aquel tejido: practicaron dos pequeñas incisiones, una a cada lado del útero y en una zona lo más próxima posible a la ubicación natural de los ovarios extirpados. Después introdujeron en cada uno fragmentos del tejido ovárico de la paciente que habían descongelado previamente.
Se trata de una técnica ya utilizada en otros países, pero el hospital de Sant Joan de Déu incorporó al tejido una serie de factores de crecimiento que extrajeron de la sangre de la paciente. Esta innovación favorece reiniciar el riego sanguíneo del propio tejido tras haber sido congelado. Cuatro meses más tarde, la paciente presentó los primeros indicios de actividad ovárica y al mes siguiente tuvo la primera menstruación espontánea. Fue la señal que esperaba el equipo médico para iniciar el proceso de fecundación in vitro, que ha culminado con éxito con el embarazo de la mujer.
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