02 octubre 2007
....y quien valora a Goldman Sachs ....???. Los Analistas se equivocan ....y mucho .
Juez y parte al mismo tiempo
El estallido de la burbuja tecnológica en el año 2000 y los escándalos financieros de compañías como Worldcom y Enron dejaron muy tocados ante la opinión pública a numerosas casas de Bolsa ( http://www.lainsignia.org/2004/marzo/econ_006.htm ).
A partir de entonces se inició una corriente reformista, principalmente en EE UU, para mejorar la transparencia en las recomendaciones y mejorar las murallas chinas entre los departamentos de análisis y de ventas de una misma entidad.
Sin embargo, que ahora los bancos de inversión se vean obligados a proporcionar una gran cantidad de información adicional en sus informes (al final y en letra bastante pequeña) no implica que hayan desaparecido los conflictos de interés.
Un ejemplo es Goldman Sachs y el banco británico Northern Rock. El jueves 13 de septiembre, tras publicarse en varios medios de comunicación que Northern Rock había solicitado ayuda financiera al Banco de Inglaterra, los expertos de Goldman publicaron un credit watch (informe sobre la calidad crediticia) en el que mantenían su consejo de sobreponderar sobre la deuda de la entidad al considerar que su caso no tenía nada que ver con la crisis de las hipotecas subprime en EE UU. En los dos días siguientes el banco perdió en Bolsa el 56% de su valor. Sólo entonces, cuando las colas de los clientes para retirar sus ahorros y el castigo en Bolsa eran un hecho, los analistas de esa misma firma publicaron otro informe en el que rebajaron de neutral a vender su consejo sobre las acciones de Northern Rock.
En casos así, la letra pequeña de los informes se revela interesante: Goldman Sachs reconoce en sus informes que es accionista de Northern Rock con más del 1% del capital y, además, que "ha recibido" y "espera recibir" en los próximos tres meses dinero de dicha firma por servicios de banca de inversión. Vaya, que también era su cliente.
Goldman Sachs establece tres tipos de consejos: comprar, mantener y vender. Las recomendaciones de comprar de cada analista no puede suponer más del 25% del universo de valores que cubre, mientras que las opiniones de vender deben ser "no menores" al 10% del total.
El estallido de la burbuja tecnológica en el año 2000 y los escándalos financieros de compañías como Worldcom y Enron dejaron muy tocados ante la opinión pública a numerosas casas de Bolsa ( http://www.lainsignia.org/2004/marzo/econ_006.htm ).
A partir de entonces se inició una corriente reformista, principalmente en EE UU, para mejorar la transparencia en las recomendaciones y mejorar las murallas chinas entre los departamentos de análisis y de ventas de una misma entidad.
Sin embargo, que ahora los bancos de inversión se vean obligados a proporcionar una gran cantidad de información adicional en sus informes (al final y en letra bastante pequeña) no implica que hayan desaparecido los conflictos de interés.
Un ejemplo es Goldman Sachs y el banco británico Northern Rock. El jueves 13 de septiembre, tras publicarse en varios medios de comunicación que Northern Rock había solicitado ayuda financiera al Banco de Inglaterra, los expertos de Goldman publicaron un credit watch (informe sobre la calidad crediticia) en el que mantenían su consejo de sobreponderar sobre la deuda de la entidad al considerar que su caso no tenía nada que ver con la crisis de las hipotecas subprime en EE UU. En los dos días siguientes el banco perdió en Bolsa el 56% de su valor. Sólo entonces, cuando las colas de los clientes para retirar sus ahorros y el castigo en Bolsa eran un hecho, los analistas de esa misma firma publicaron otro informe en el que rebajaron de neutral a vender su consejo sobre las acciones de Northern Rock.
En casos así, la letra pequeña de los informes se revela interesante: Goldman Sachs reconoce en sus informes que es accionista de Northern Rock con más del 1% del capital y, además, que "ha recibido" y "espera recibir" en los próximos tres meses dinero de dicha firma por servicios de banca de inversión. Vaya, que también era su cliente.
Goldman Sachs establece tres tipos de consejos: comprar, mantener y vender. Las recomendaciones de comprar de cada analista no puede suponer más del 25% del universo de valores que cubre, mientras que las opiniones de vender deben ser "no menores" al 10% del total.